A partir del próximo septiembre, las personas sin techo y los transéuntes con adicciones a la droga o el alcohol o problemas de salud mental tendrán un hogar donde se les ofrecerá un espacio donde dormir y pasar el día, compañía y atención, así como la posibilidad de orientarlos y ayudarlos para que consigan integrarse en la sociedad. Se trata de la nueva residencia 'Hogar Sagrada Familia', una iniciativa de Cáritas Diócesis de Cartagena, que es pionera en la Región, y que será imitada en poco tiempo por otros centros, aseguró ayer el obispo José Manuel Lorca Planes, quien acudió a la presentación de este proyecto, que cuenta con un presupuesto de 216.206 euros, y supondrá un coste de mantenimiento anual de 143.000 euros, que se sufragarán con fondos propios de Cáritas, donaciones y subvenciones de las administraciones regional y local.

La nueva residencia de Cáritas tendrá capacidad para diez personas, aunque contará con otras tres más que se reservarán para emergencias puntuales. Se ubicará en un bajo próximo al comedor 'Jesús, maestro y pastor', que Cáritas Cartagena tiene en la calle Juan Fernández. Los usuarios llegarán a este centro de acogida por tres vías: por iniciativa personal o remitidos desde Cáritas u otras administraciones públicas o entidades sociales.

El centro abrirá a las 20 horas para que puedan ir a dormir y durante la tarde tendrá actividades lúdicas y orientativas y facilitará alimentación e higiene. Al tratarse de un centro de baja exigencia para la admisión, simplemente se requiere que no haya agresiones ni situaciones de conflictividad significativa. Además, los beneficiarios de la acogida dispondrán libremente de su tiempo y circular según su criterio, aunque en el reglamento del centro se estipula un periodo de tres meses.

El objetivo del 'Hogar Sagrada Familia', que abrirá con la colaboración del Ayuntamiento de Cartagena, es acoger a las personas que están en la calle y que no son aceptadas en el albergue de la Hospitalidad Santa Teresa, donde los transeúntes pueden estar un máximo de tres días, por sus adicciones. «No es un centro de reinserción, pero si un espacio para dignificar a la persona, acompañarlas, ayudarla y orientarla de cara a los trámites que puede hacer ante la Administración», explicó Juan Isidro Ros, coordinador de Cáritas Cartagena.

Para ello, la residencia contará con una plantilla de ocho personas contratadas por Cáritas Cartagena: cinco trabajadores, dos monitores de noche, «que no serán guardias de seguridad, sino veladores» y un educador social, indicó Ros.

El obispo hizo hincapié en que «cada vez que se habla de Cáritas y de Cartagena se provoca un sentimiento interno de gran alegría porque Cartagena es pionera en muchas dimensiones sobre lo que es la cercanía a las personas necesitadas». Así, citó el Economato 'Los Panes y Los Peces', la ropería de Cáritas Cartagena, que cuenta con tres tiendas, y el comedor social, entre otras iniciativas.

Lorca Planes insistió en que la Hospitalidad «está haciendo una gran labor y hay que reconocerlo, pero con esta iniciativa Cáritas Cartagena quiere llegar a los más necesitados, cuidarles, darles cobijo, que puedan vivir en condiciones dignas como cualquier persona» y dijo dirigiéndose a los periodistas: «No espero que lo pongais en la primera página de los periódicos, pero estamos hablando de algo muy importante: la dignidad de la persona». Asimismo, agradeció su labor en este proyecto a Francisco Montesinos, rector de la Caridad, y «alma de este evento. Dios te bendiga y, sobre todo, la Virgen de la Caridad, que da nombre a esta obra» y a los voluntarios de Cáritas que hacen posible este proyecto.

La alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, destacó el hecho de que Servicios Sociales «no recibe avisos de la policía diciendo que hay transeúntes en las calles».