Me adentré en el Facebook de un comentarista de esta casa, llamado J avier Pedreño, el cual colgó dos pantallazos extraídos de Twitter del exregidor José López y de la actual alcaldesa Ana Belén Castejón. El del primero decía así: «Comienzan #oposiciones a auxiliar administrativo. Satisfecho de crear esta #oportunidad. #Suerte a los aspirantes #Cartagena». El de la segunda: Suerte a los aspirantes de #oposiciones de #auxiliar administrativo que se examinan esta mañana. Creamos empleo y mejoramos la #administración».

Leído esto no pude contenerme en palabras, pese a tener estima por ambos, por lo que escribí un comentario sosteniendo lo siguiente: «Si crear empleo, Ana Belén Castejón Hernández, es convocar más plazas de funcionario, entonces la solución al paro es sencilla. 'Número de parados = convocar X plazas de funcionario'. Problema resuelto. Todo sea dicho con el debido respeto. Pero esa no es la solución».

Y así es, aunque los políticos y gran parte de la sociedad civil confundan la arena con la cal, el empleo público es en esencia gasto público y por tanto no genera riqueza real, a diferencia del autónomo o del asalariado tradicional, que sí la crea, ya que aquél es un coste real para la administración. No deberíamos alegrarnos de que se contraten a 42 personas con cargo a nuestros bolsillos, cuando el montante asciende aproximadamente a unos 840.000 euros al año. Además resulta paradójico que en estos tiempos de internet, de ventanilla única y de administración electrónica 2.0, las entidades financieras adelgacen cerrando sucursales y reduciendo plantillas, y en cambio las diferentes administraciones engorden sus barrigas verdes, aumentando el número de plazas y comprando incluso hoteles, como aquí, en Cartagena, con el antiguo peninsular. Además y del mismo modo, resulta paradójico que en el año 1975 en España hubiese 700.000 funcionarios cuando no había ordenadores y hoy tengamos más de 3.000.000, de los cuales mil de ellos pertenecen a Cartagena. Un auténtico despropósito. Que no se sostiene, por muchos tweets que escriban unos y otros.

Por último advertir, que la PSOE -como dicen por el sur- es el partido del paro, ya que es experto en destruirlo y en llevarnos a la ruina. Los hechos claman por sí solos: en lo nacional, con Felipe González, pasamos del 17,5% de tasa de paro a un 24,5%, y con Zapatero pasamos de un 11% a un 22,8%, según la EPA. Y en lo municipal tanto con Enrique Escudero de Castro, como con Juan Martínez como con José Antonio Alonso, el desempleo aumentó significativamente en la ciudad portuaria. Así que cuidado con las políticas socialdemócratas progresistas que adoptan unos y otros, porque los ciudadanos continuaremos pagando las consecuencias.