Abandonar la idea de un mercado tradicional y apostar por una plaza de abastos innovadora que aúne los usos gastronómico y turístico en una infraestructura en la que el área de Estrategia Económica se volcará en los próximos meses: el mercado Gisbert. Así quedó evidenciado en la primera reunión de la Mesa de Infraestructuras del Consejo Local de Comercio, donde el gerente de la Agencia de Desarrollo Local y Empleo (ADLE), Manuel Mora, presentó su propuesta para remodelar las instalaciones que suman más de una década sin grandes inversiones.

Y es que, el objetivo de la ADLE es aprovechar los programas mixtos de Formación y Empleo para rehabilitar la plaza de abastos y formar a cuarenta desempleados. Según trascendió de la reunión, en la que participaron representantes del Área de Estrategia Económica, de la Concejalía de Infraestructuras, de la propia ADLE, de los centros comerciales Abierto, San Fernando y La Milla; así como de los mercados Santa Florentina y Gisbert; el proyecto se desarrollaría durante los próximos dos años y permitiría recuperar la parte cerrada del mercado.

«Nuestro objetivo es compatibilizar el mercado tradicional con puestos más innovadores, donde demos una oportunidad a los jóvenes artesanos», dijo la vicealcaldesa y responsable del área de Estrategia Económica, Ana Belén Castejón. «Queremos hacer un centro atractivo no sólo para los compradores de toda la vida, sino también para los turistas», argumentó.

De esta forma, los vendedores tradicionales se verán beneficiados y los artesanos tendrán un nuevo espacio en el que dar a conocer su trabajo, añadió Castejón.

Así, entre las mejoras que se deben dar en las instalaciones, que dependerán en gran medida de ayudas regionales y estatales que se incorporarían al presupuesto municipal, estaría la mejora de los accesos, ya que ahora mismo no cumplen con las exigencias mínimas para la entrada de personas con discapacidad o carricoches de niño. Asimismo sería necesaria una limpieza a fondo de toda la estructura. Dos primeros objetivos que podrían acometerse con fondos municipales, a la espera de ayudas autonómicas o estatales.

Como en Madrid y Barcelona

La línea de trabajo persigue los mismos resultados que se han conseguido en otras zonas, como en los mercados de San Antón o San Miguel, en Madrid; o en la Boquería, de Barcelona. En estos espacios se ha potenciado la hostelería y la gastronomía como parte fundamental para captar nuevos clientes y ser más atractivos para los turistas.

Y es que, desde el área de Estrategia Económica se busca que los mercados del centro de la ciudad, Gisbert y Santa Florentina, se incorporen a las rutas turísticas de los visitantes para poder degustar los productos típicos de la zona o adquirirlos antes de continuar su viaje.