«Cada vez que viene a visitarme, mi nieto me pregunta si he tejido el molde con el que poder abrigar las columnas de su cole», comentó Josefa Faya, abuela de uno de los estudiantes del colegio Atalaya, situado entre el Barrio de La Concepción y Nueva Cartagena, que participó ayer en el taller de costura que organizó el centro. Bajo el nombre 'Columnas por la Paz', este proyecto, que consistía en hacer piezas de ganchillo y molde por el Día Mundial de la Paz, ha acabado convirtiéndose en un lugar de reunión durante los últimos seis meses para alumnos, padres y personas mayores de Geriatros, una empresa de atención a las personas mayores, que gestiona, entre otras, la residencia de Fuente Cubas.

«El año pasado también hicimos un acto por el Día de la Paz en el que empleamos pintura para decorar los muros y las columnas del centro, pero no nos convenció el resultado. Este año, aprovechando que el ganchillo marca tendencia decidimos hacer la prueba y ha sido todo un éxito», señaló María Rey, una de las profesoras que se inspiró en el Knitting (ganchillo en inglés), una moda, que como ella misma dijo, está muy extendida entre algunos jóvenes en todo el mundo, para organizar este taller que ha involucrado a 35 alumnos del centro.

Rey explicó que decidieron ponerse en contacto con Geriatros, para poder unir a dos generaciones tan distintas en una misma actividad. «Esto supone un empujón anímico para los más mayores, porque se sienten útiles ayudando a los más pequeños, lo que hace que se fomente la empatía entre ambos», expuso Alicia Boscada, animadora de la residencia Fuente Cubas que llevó a seis de sus inquilinas a que enseñasen a los alumnos de tercero y cuarto de Primaria a usar las agujas de costura.

Por otra parte, Rey quiso mostrar su agradecimiento a las familias de los estudiantes, ya que han sido el principal motor del proyecto: «Las madres, las abuelas y las bisabuelas han permitido que sea posible gracias a su iniciativa y apoyo», dijo. Patricia Fernández, una de las madres afirmó que «tejer es el nuevo yoga, gracias a la sorprendente capacidad que tiene de relajar a los niños más hiperactivos, manteniéndolos concentrados en los hilos».