Han pasado ya siete años desde que mi amiga María Dueñas publicara su gran éxito literario El tiempo entre costuras, una novela en la que la ficción se entrelazaba con personajes históricos como el que hoy analizamos. Juan Luis Beigbeder Atienza nació en Cartagena el 31 de marzo de 1888 en el número 1 de la plaza de San Francisco fruto del matrimonio entre el teniente de navío Juan Luis Beigbeder, natural de Sanlucar de Barrameda y Juana Atienza que lo era de Murcia. Sus primeros estudios los realizó en el Colegio Politécnico de Cartagena ubicado en la plaza de Castellini y la preparación para el ingreso en las Academias Militares la hizo en la academia de José Serrano. Este último ejercía las funciones de notario en nuestra ciudad y además era tío de Ramón Serrano Suñer, que acabaría siendo cuñado de Francisco Franco y ministro en la misma cartera que nuestro protagonista.

Compañeros suyos de estudios en aquella época lo fueron entre otros los hermanos Miguel y Virgilio Cabanellas, procedentes de una familia de larga tradición militar. El 21 de agosto de 1902 el diario Heraldo de Madrid reproducía una noticia de la prensa de Guadalajara que decía así: «Felicitamos al joven don Juan Beigbeder de catorce años por haber obtenido el número 2 en la última convocatoria de ingenieros militares, procedente de la Academia que en Madrid tiene establecida el ilustrado comandante de ingenieros Fernando Plaja y Sala». Posteriormente ingresó en la Escuela Superior de Guerra de la que salió como Capitán de Estado Mayor. Ya como Comandante de Estado Mayor tomó parte en acciones importantes en la guerra de Marruecos en la zona de Melilla y en la de Tetuán y en las cabilas de Beni Gorfet, Beni Hosmar y Beni Sidel. Llegó a ejercer la función de agregado militar en la embajada de Berlín, cargo en el que estuvo hasta 1934 en el que fue destinado a Marruecos.

Al iniciarse la guerra civil apoyó el alzamiento de Franco y un año después fue designado Alto Comisario de España en Marruecos. En 1939 es nombrado Ministro de Asuntos Exteriores aunque su mandato fue breve pues como mencioné anteriormente sería sustituido por el cartagenero de nacimiento Ramón Serrano Suñer.

Pero si algo caracterizó a Beigbeder fue su auténtica obsesión por África y el territorio marroquí, hasta el punto de que estuvo diez y seis años sin pisar suelo peninsular. Estudió la psicología mora, sus usos y costumbres, la geografía y la historia marroquíes, hablaba árabe a la perfección e incluso llegó a aprenderse de memoria párrafos enteros de literatura árabe y canciones marroquíes.

Está documentado que en 1946 visitó su ciudad natal para realizar un curso de mandos de la Escuela Superior del Ejército antes de pasar a la reserva en 1950. El día después de su fallecimiento ocurrido el 6 de junio de 1957 la prensa local de Cartagena recordó su figura y la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento de Cartagena acordó que constara en acta el sentimiento por el fallecimiento de tan ilustre hijo de la ciudad.