«Fruto del fervor popular, podemos presumir de ser poseedores de una Semana de Pasión que dura diez días». Así destacó el presidente de la Junta de Cofradías, Manuel Martínez Guillén, la peculiaridad que hace a la Semana Santa de Cartagena «única en todo el país», durante el tradicional acto de La Llamada y la recepción del cheque municipal a los procesionistas que suma ya su sexto año consecutivo congelado en 183.000 euros de aportación.

El acto, que al igual como el año pasado duró menos de lo que acostumbraba en ediciones anteriores, reunió en torno al Palacio Consistorial a cientos de cofrades que recorrieron las calles tras celebrar sus correspondientes cabildos para informar al alcalde José López y a la ciudad su decisión de organizar una vez más las procesiones de Semana Santa.

Así, desde el balcón del histórico edificio, el presidente de la Junta de Cofradías se dirigió a procesionistas y cartageneros para mostrar su deseo de que «como embajadores de derecho que somos, abramos puertas y ventanas a extraños y visitantes, haciendo realidad nuestra declaración de Interés Turístico Internacional».

Martínez Guillén también se refirió a la tradición de las procesiones cartageneras, pero fue más allá. «La Semana Santa no es sólo luz, orden y flor; sino que es un ejemplo vivo de la inmensa labor social que va más allá de la semana más emblemática del calendario cartagenero». Y es que, según el presidente de la Junta de Cofradías, que se estrenaba en el cargo al frente de los procesionistas desde el balcón del Palacio Consistorial, «la ayuda al necesitado forma parte de la labor de las cofradías y todo sin hacernos publicidad de ello».

El que también es hermano mayor del Cristo del Socorro añadió que «gran parte de lo recaudado por cada cofradía y por cada agrupación va destinado a ayudar a los más desfavorecidos, a lo que hay que sumar el trabajo y las horas y horas que no se ven, pero que ahí están con la ayuda que cada miembro de la Semana Santa presta a los necesitados de nuestra ciudad».

Martínez Guillén también reivindicó el papel igualitario de la mujer en la Semana de Pasión. «En esta Cartagena del siglo XXI, el hombre y la mujer trabajan por igual, procesionan por igual y meten el hombro por igual; remando todos en la misma dirección y con un único objetivo: la Semana Santa y Cartagena».

Y es que, según afirmó el presidente de la Junta de Cofradías, las fiestas pasionales «generan riqueza, trabajo y fama en la ciudad, que tiene hoy su punto de partida con actos que desembocarán en el Viernes de Dolores con la primera procesión de España, la del Cristo del Socorro».

Para finalizar, Martínez Guillén afirmó que «la Semana Santa no se puede entender sin Cartagena y Cartagena no se puede entender sin su Semana Santa».

Cartagena de Levante

Tras el máximo responsable de los cofrades, el alcalde tomó la palabra para recordar que los procesionistas «vienen cada año para expresarnos su deseo de salir a la calle. Nos cuestan lo costoso que es y no exageran, porque ser los mejores solo se consigue con la excelencia y el esfuerzo continuado, con todo el amor del mundo. Así somos los cartageneros».

En respuesta, López quiso hacer extensible a todos los procesionistas que cada año hacen que salgan las procesiones el agradecimiento del Ayuntamiento.

Asimismo, como ya hiciera el año pasado, el regidor pidió «que siempre que tengáis la oportunidad digáis que sois de Cartagena, porque hay muchas razones y la Semana Santa es una de ellas». López se refirió a la semana pasionaria como «la más impresionante de España, en la Cartagena de Levante, nuestra Cartagena».

El acto en el Palacio Consistorial finalizó con las esperadas palabras del alcalde anunciando «música y a la calle», seguidas del himno de Cartagena, antes de que la comitiva dirigiera sus pasos a la basílica de la Caridad. En el templo de la Patrona se pudo escuchar la primera Salve a la madre de los cartageneros.