Unas 200 personas acudieron ayer al acto sindical que organizó CC OO en su sede de la Alameda de San Antón para conmemorar el 25 aniversario de la quema de la Asamblea Regional, que tuvo lugar el 3 de febrero de 1992. Una celebración que contó con una exposición de fotografías sobre aquel día, catalogado como 'el más largo' de Cartagena, y con las intervenciones de Agustín Martín y Enrique Bruna, secretarios generales de CC OO Industria a nivel estatal y regional, respectivamente; así como con una conferencia de José Ibarra, trabajador de Navantia -antigua Bazán-, que vivió en primera persona las protestas y la quema de la Asamblea.

Durante su intervención, Bruna reconoció «a los cartageneros que también se echaron a la calle» aquel día y destacó que, «aunque es difícil que la historia se repita, hoy existen muchas similitudes con aquel suceso si analizamos la situación laboral de la industria y el astillero». Y es que, las últimas noticias referidas a los trabajadores de Navantia muestran la incertidumbre de cara a la carga de trabajo y el rejuvenecimiento de la plantilla, aunque el Senado pidió la pasada semana al Gobierno central que se elabore un plan industrial para los astilleros que contemplen una carga de trabajo estable, así como medidas para rejuvenecer la mano de obra.

En Cartagena, los trabajadores han afirmado que dejarán de hacer horas extraordinarias hasta que se alcance una solución a sus problemas. Y es que, más de la mitad de los operarios van camino de la prejubilación, según indicaron.

Pelotas de goma y porrazos

Muchos de los asistentes eran trabajadores de Bazán cuando se produjeron los altercados. Algunos hasta se vieron reflejados en alguna de las imágenes. «Mira, ese es Pencho, me acuerdo que llovían pelotas de goma y porrazos sin parar, pero también nosotros estábamos en una situación difícil y no cedimos un metro», recordaba uno de los trabajadores al repasar imágenes y portadas de los periódicos de 1992.

«Recuerdo que en un momento determinado alguien gritó: '¡Fuego!' y vimos cómo la Asamblea empezaba a arder. A partir de ahí todo fue muy confuso», afirmaba otro empleado, quien añadía: «Reconozco que también nosotros actuamos con exceso, pero estábamos hartos de la situación».