Querido alcalde, con el debido respeto:

Espero que estos días de idas y venidas que están teniendo todos ustedes (políticos locales y regionales), por la celebración de una nueva edición de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) en Madrid, -lo que, por otra parte, les obliga a compartir espacios y agendas-, no provoque más enfrentamientos con el Gobierno regional a cuenta de los diferentes puntos de vista que sostienen sobre la regeneración del Mar Menor, entre otros asuntos.

Precisamente hoy viernes el pabellón de la Región en Fitur estará destinado a Cartagena y se van a presentar distintos acontecimientos que tendrán lugar en nuestra ciudad a lo largo de este 2017. Si no estoy mal informado, usted sería el encargado de abrir esta apretada agenda presentando el Año de la Ilustración. También está previsto promocionar el buceo, el senderismo y, muy especialmente, el patrimonio arqueológico.

Pero frente a la campaña de promoción turística que lleva la Comunidad Autónoma a la feria, basada en dos ejes principales: el Año Jubilar de Caravaca y la recuperación de la laguna salada; el martes pasado usted dijo: «No es el mejor momento para vender ´Sol y Playa´ ligado al Mar Menor, quizás sí en La Manga, pero no en el Mar Menor; no se puede engañar a las personas».

Supongo que habrá calculado bien el alcance de sus palabras porque, si bien es verdad que con ellas apoya la petición que en su día hizo la federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena y Comarca, que solicitó a la administración autonómica que apueste, de forma decidida, por la recuperación ambiental, en lugar de intentar atraer más turistas al entorno del Mar Menor, también es cierto que hay muchos pequeños y medianos empresarios de la zona cuya economía depende directamente de los ingresos que logran durante los meses estivales.

Sin embargo también decía usted el otro día que «vecinos, naturalistas y muchos técnicos acreditados consideran que lo más conveniente es dejar que el Mar Menor se regenere y, para ello, lo mejor es quitarle presión física». Visto así, en estos momentos parece que lo razonable es atender primero sus necesidades biológicas y lograr una rápida recuperación para que pueda volver a convertirse en un polo de atracción, como lo ha sido hasta ahora.

Por eso tampoco me parece descabellada la propuesta que se quería incluir en el orden del día del Pleno del próximo martes para solicitar al Gobierno regional que las inversiones para nuevos tanques de tormenta contemplados en los presupuestos de la Comunidad Autónoma para 2017 se destinen a adquirir «una franja de terreno que actúe como protección alrededor del Mar Menor, a través de filtros verdes y que la propia flora autóctona retenga las escorrentías, las aguas, los metales pesados y los nitratos».

Aunque ya le digo yo a usted que, viniendo la propuesta de donde viene, mucho me temo que el Gobierno regional seguirá con sus planes a pesar de que, como recogía este periódico, «organizaciones especializadas en la defensa de la naturaleza y numerosos investigadores sostienen la escasa o nula eficacia de estas infraestructuras para evitar que los contaminantes principales lleguen al Mar Menor».