Me imagino al nuevo presidente local del Partido Popular, Joaquín Segado, en la barra de un bar del centro de Cartagena pegando la oreja en la conversación de los clientes de al lado. O en un banco del paseo del muelle siguiendo con la mirada y el oído a los transeúntes. O sentado en la puerta del Casino de la calle Mayor sin perderse ni un segundo de las tertulias de los mayores. O en cualquiera de los centros vecinales de nuestros barrios y pueblos prestando atención a todo lo que se trata en ellos. Porque si no es así, no entiendo cómo se aventura a afirmar que el debate de la provincia no existe en la calle. Así lo ha hecho en la entrevista publicada esta semana en este periódico.

Quizá sea verdad y, por fin, nuestros políticos saben de lo que hablamos los ciudadanos, lo que nos interesa, lo que sentimos, lo que nos hace falta. Lo que queremos que hagan y decidan como representantes nuestros que son. Pero mucho me temo que las cosas no han cambiado tanto desde aquella encuesta que la empresa Sigma Dos elaboró para la Plataforma por la Biprovincialidad de la Región 2es+, cuyo resultado más evidente fue que el 70% de los habitantes de la comarca creen que los políticos no defienden ni luchan por los intereses de su tierra.

También sostiene Segado que este supuesto debate sobre la provincia se ha creado de forma artificial con fines políticos y no considera que desde el Gobierno regional se haya maltratado a nuestro municipio a lo largo de los años, como sostiene el actual Ejecutivo municipal apoyándose en un informe de la Universidad Politécnica de Cartagena.

No sé si el ahora presidente local del PP tiene o no razón, pero lo considero todo un veterano en esto de la política municipal. Y, precisamente por eso, dudo de que no le preocupe el auge que está experimentando en Cartagena la figura del actual alcalde, José López. Y eso es algo que sí se puede palpar en la calle, en las conversaciones en los bares y en las tertulias de amigos.

Estrategia o no, a López le está funcionando ser el nuevo abanderado del sentimiento cartagenero, así como su casi constante postura de confrontación con el Gobierno regional. Hay que estar ciego para no ver que a muchos cartageneros les atrae el comportamiento del regidor, incluso cuando se ha mostrado más crítico y beligerante. Y Segado lo sabe.

Como sabe que, en Cartagena, existe en mayor o menor medida un sentimiento de que los gobernantes de la Comunidad no han tratado a la ciudad portuaria con equidad respecto a la capital de la Región.

Y creo que Segado hace mal cerrando los ojos a esa realidad. Está bien ser leal con tus compañeros de partido del otro lado del Puerto de la Cadena, pero no estaría mal mostrarse un pelín más exigente por el bien de tu tierra.

Tampoco acierta, en mi opinión, al menospreciar a Movimiento Ciudadano al decir que es un partido personalista, que son López y los que le rodean, porque incluso, aunque fuera así, están llevando a cabo iniciativas que agradan a muchos cartageneros y cada vez se oye a más ciudadanos decir sin tapujos ni complejos que en las próximas elecciones municipales van a votar a la formación del alcalde.

Sí tiene razón Joaquín Segado en una cosa, que ha sido el PP el que ha tenido el mando en los veinte años en los que Cartagena ha experimentado una gran transformación, pero el veterano político sabe muy bien que de eso ya no puede vivir el PP y que él y su partido van a tener que trabajar mucho para contrarrestar el avance de López y los que le rodean. Y, para eso, van a tener que recorrerse los bares, los paseos, las calles y los locales vecinales para saber de verdad lo que se debate en la calle, lo que queremos y esperamos de ellos los cartageneros, porque la sensación de muchos ciudadanos en este momento es que quien está haciéndolo es, precisamente, el alcalde.