Cuando un edificio está vacío y sin uso, acaba deteriorándose. Ésta es la premisa con la que el Ayuntamiento baraja ceder el monasterio de San Ginés de la Jara a algún colectivo o entidad para que le dé un uso y pueda prevenir un nuevo deterioro futuro, como ha ocurrido en los últimos años sobre el inmueble catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). Así lo indicó el alcalde José López en su visita al conjunto monacal para ver el estado de las obras que la empresa Hansa Urbana, propietaria del inmueble, lleva a cabo para restaurar el monasterio.

El regidor, que estuvo acompañado por el concejal de Cultura, Ricardo Segado, y la coordinadora de Patrimonio, María del Carmen Berrocal, explicó que las obras para restaurar el inmueble ya han comenzado y confió en que «nos satisfagan a todos», aunque precisó que estarán vigilantes a las actuaciones de la compañía para que se lleve a cabo el proyecto presentado en la Comunidad Autónoma y que también se ha dado a conocer al Ayuntamiento.

Por su parte, la coordinadora de Patrimonio aventuró que este conjunto monacal ofrecerá una visión «muy impactante» tras finalizar los trabajos dentro de un año o año y medio. Y es que, tras un recorrido por el interior del BIC, Berrocal señaló que esta obra va a ser «perfectamente seguida» por la Consejería de Cultura, competente en la materia, y va a permitir tener una perspectiva de las épocas más antiguas del conjunto monacal, cuyas últimas referencias escritas se retrotraen al siglo XIII, cuando Fernando III estuvo alojado durante la Reconquista en el monasterio regentado por los agustinos.

Asimismo, la coordinadora de Patrimonio incidió en que el objetivo de los trabajos será «conservar y que no se deterioren más» los restos al aire libre, en su mayoría correspondientes a los siglos XVIII y XIX, mientras que las estructuras bajo tierra «admiten más dilaciones, ya que están más protegidas y se puede actuar en ellas más adelante».

Sin embargo, Berrocal puso el foco sobre los resultados que pueden deparar la extracción del relleno de metro y medio que presenta el claustro, así como la recuperación de la antigua puerta renacentista y el posterior acondicionamiento de la zona ajardinada y antiguo huerto de los monjes.

De hecho, la coordinadora de Patrimonio explicó que al retirar el relleno del claustro se podrán apreciar los arcos que forman la propia estructura y que ahora mismo se ven muy pequeños. Para ello, habrá que deshacer los trabajos llevados a cabo en la última etapa del inmueble, cuando un particular lo convirtió en vivienda.

Del mismo modo, Berrocal también habló de los trabajos llevados a cabo con anterioridad para reconocer restos arqueológicos en el subsuelo del monasterio, en los que ella misma participó, y recordó que «en aquellas catas se localizaron muros de dos metros de alto debajo del inmueble que se deberían estudiar y catalogar», aunque precisó que lo importante ahora es frenar el deterioro de la parte que se ve del monasterio.

Por su parte, López precisó que la empresa Hansa Urbana ha acometido las obras de restauración del inmueble para cumplir la sentencia judicial que le obligaba a respetar el convenio de rehabilitación y cesión del inmueble que firmó con el Ayuntamiento de Cartagena, dentro del proyecto urbanístico Novo Carthago.

Novo Carthago

El alcalde también recordó que el Consistorio cuenta con un aval de 15 millones de euros de Hansa Urbana para que la promotora cumpliera con las obligaciones derivadas de la catalogación del complejo como BIC.

Sobre el resto del proyecto que la empresa tiene pendiente en la zona y que pasa por construir 10.000 viviendas, el regidor desestimó «elucubrar» sobre si la promotora podrá urbanizar los terrenos anexos al monasterio de San Ginés de la Jara hasta que no se recupere el «suspendido» Plan General de Ordenación Urbana. «Debemos esperar a que el Plan vuelva a tramitarse para ver qué se va a hacer aquí», concluyó el alcalde.