La manifestación cartagenera que desencadenó en la quema de la Asamblea Regional, aquel recordado 3 de febrero del año 1992, cumplirá en pocos meses 25 años.

Es por ello que José Ibarra Bastida, historiador y trabajador de la antigua Bazán por aquel entonces, y que sigue en plantilla en la actual Navantia, ha publicado un libro que trata este tema.

La obra será presentada el próximo 15 de diciembre, en el Centro Cultural Cajamurcia, a las 19.30 horas. Ésta trata el fenómeno que, según su autor, supuso «el hito más importante de la ciudad durante todo el siglo XX», salvando las distancias con los relativos a la Guerra Civil.

La revuelta se venía fraguando de manera silente, al menos para la ciudadanía ajena a estos problemas, ya una década antes de este suceso. La reconversión industrial, tardía en España en comparación con la europea, fue el desencadenante de esta rebelión. Y ésta, a su vez, fue originada por la crisis del petróleo de los años setenta. Cartagena, históricamente industrial y, más aún, minera, vio cómo iban menguando los puestos de trabajo en estas áreas a velocidades vertiginosas. Estos acontecimientos, precipitados en el tiempo dado su lento tratamiento, acabaron con la Fundición de Peñarroya, así como con aquellas fábricas de fertilizantes que operaban en Cartagena.

Según el autor, «Cartagena se encontraba huérfana políticamente» a nivel regional y nacional. Fue este mismo hecho el que permitió que «a Cartagena le fuese aún más difícil que al resto conservar sus empresas industriales, así como sustituirlas en caso necesario», a fin de evitar el cierre. Y, con él, esquivar también la multitud de pérdidas de puestos de trabajo.

Más de un centenar de protestas

La antigua Bazán tuvo un papel preponderante en esta crisis. Vio muy de cerca el cierre y se llegaron a perder más de 2.000 empleos. Mientras que en los años ochenta eran alrededor de 3.300 los trabajadores que integraban el astillero, hoy son 1.100. «Llegamos a participar, en un período comprendido de 180 días, en 127 manifestaciones», indica. Resalta también el mérito de la movilización, alegando que «uno de los mayores logros de que se dio por parte de los sindicatos y trabajadores en ese tiempo fue, sin duda, integrar a toda la ciudadanía, procurando y consiguiendo que toda ella se solidarizase con el movimiento». De la actual situación laboral de los trabajadores, Ibarra, dice que «la actual plantilla de Navantia se encuentra envejecida y requiere de contratación joven».

Sucesos de ´El día más largo´ que ha vivido Cartagena

El 3 de febrero del año 1992. Éste día, conocido popularmente por los cartageneros de más años como 'El día más largo', se dividió en dos momentos claramente distinguidos: la mañana -en la que se produjo la represión policial a los más de 3.000 manifestantes-, y la tarde, en que se acometió la famosa quema de la fachada de la Asamblea Regional y de su sala de prensa, por medio del lanzamiento de varios cócteles molotov por parte de los manifestantes allí congregados. Este hecho, insólito hasta el momento, dio pie a las que serían las únicas portadas protagonizadas por la ciudad de Cartagena en medios de comunicación de todo el país.