Pasado el primer lustro del siglo XX abrió sus puertas en nuestra ciudad el cinematógrafo ´El Brillante´, un local donde muchos cartageneros vieron con toda seguridad sus primeras películas y otros espectáculos variados. Estaba ubicado en la calle Gisbert junto a las Escuelas Graduadas y coincidió en el tiempo entre otros con ´El Oriental´ de los hermanos García de la calle Honda. Ambos cinematógrafos aprovechaban la temporada veraniega para establecer sendos pabellones en el concurrido Real de la Feria situado en el muelle de Alfonso XII.

Los propietarios de ´El Brillante´, señores Cánovas y Valero, se encargaron de que su establecimiento contara con todas las medidas de seguridad. Digo esto porque con el cine y sus proyecciones, todavía en una fase inicial entonces, el riesgo de incendio de las películas era bastante alto. Precisamente a raíz de un terrible suceso ocurrido en un cinematógrafo de la ciudad castellonense de Villarreal en 1912 sabemos los medios preventivos con que contaba ´El Brillante´ que fueron mencionados en la prensa local.

Además de disponer de doce puertas para una rápida evacuación de los clientes, sus paredes estaban formadas por unas tablas tan frágiles que hasta un niño podía romperlas. Pero por si todo ello fuera poco la máquina de proyección tenía sobre ella un enorme depósito de agua que podía ser arrojada inmediatamente en caso de declararse el fuego. Al ser tan seguro no es extraño que en 1906 los dueños invitaran a los niños de las Escuelas Graduadas a una sesión especial con motivo del matrimonio de Sus Majestades Alfonso XIII y la Reina Victoria Eugenia.

La principal casa suministradora de películas con la que trabajaron sus propietarios fue la francesa ´Pathé´ y algunos de sus títulos llegaron a Cartagena antes que a otras poblaciones de España. Llama la atención la presencia de largometrajes de dos horas de duración, divididos en seis partes, como la estrenada en 1914 titulada ´Sin familia´. Además de producciones extranjeras también se pudieron ver películas de corridas de toros celebradas en nuestra ciudad como la protagonizada en 1913 por Algabeño II y el diestro cartagenero Gavira.

Las cintas se alternaban con actuaciones de cupletistas y canzonetistas como la Chelito, la Zarina o la Argentina que eran aplaudidas a rabiar por un público entusiasmado, y por otros espectáculos. El cante protagonizó muchas noches pero por poner un ejemplo en 1908 el cantador ´El Mochuelo chico´ actuó acompañado del tocador de guitarra ´El hijo del ciego´, y la cantadora Pilara García hizo lo propio con la guitarrista Adela Cubas.

Otras actuaciones destacadas fueron las de prestidigitadores como el ´Gran Florences´ que dominaba la cartomancia, especialidad con la que a través de cartas de naipes podía predecir el futuro, o bailarinas como ´Las Heliet´ que incluyeron Cartagena en su gira nacional.

A épocas de gran éxito sucedieron otras no tan gloriosas e incluso alguna que otra clausura por orden de la autoridad, aunque siempre reabría sus puertas. Pero finalmente en 1922 su último propietario en solitario Desiderio Valero decidió vender tanto el pabellón como el piano, las butacas y el aparato de proyección, poniendo punto final a la historia de ´El Brillante´.