Querer ignorarlo es de necios y decir que todo el mundo lo quiere es de ilusos. Los hay para todos los gustos. Unos matan por crear la provincia cartagenera, otros no la quieren y a la mayoría les da igual, pasan de tó.

Hasta la saciedad andan los pro-2-provincias explicando las ventajas del proyecto, tanto que ya resultan cansinos, y si lo son, no es porque les guste serlo, sino por la sordera de los que tienen que liderar el proyecto. ¡Chsss!, que si se piensan que se van a cansar de reivindicar, ¡van listos!

Tan explicado tienen su proyecto, que ya no hay duda de que todo son ventajas y prácticamente no hay mayor inconveniente que las pegas que se le quieran poner, porque «pegueros» los hay en todas partes y rincones, como ese que ha hecho un escrito basado en que dos son multitud, así como si fuese mejor un placer solitario que bien acompañado en suite de lujo. Pegueros y tontarrillas siempre salen en cualquier situación, ya sea en reunión de vecinos de escalera o gallinero asambleario de bien pagados políticos, por lo que no es menester mayor atención a este tipo de homos parlantes.

A lo que vamos, creo que la plataforma pro-2-provincias ya ha dicho y más que dicho todo lo que hay que decir al respecto, por lo que insistir no es más que repetir cansinamente lo mismo y lo mismo. Son los de enfrente, los que se hacen los sordos, los que debieran ya de una vez explicar el por qué no la apoyan o, peor aún, el por qué de sus silencios, con el «predica, predica padre, que por un lao me entra y por otro me sale». Porque esa actitud, como la que han adoptado los políticos, pro-murcianos y pro-cartageneros, que hay de tós, de actuar como se actúa con los locos, no haciendo caso y mirando para otro sitio, esta vez no cuela, es más, es una imprudencia no querer ni dialogar con aquellos que reivindican algo que, por derecho, historia y necesidad, les pertenece.

Basta ya de reírse de los integrantes de la plataforma pro-2-provincias, basta ya de ponerles una cara y luego actuar con la cara trasera por debajo de la cintura, basta ya de silencios..., ahora es el momento de las explicaciones. Sí o No a la biprovincialidad y por qué Sí o No, eso es lo que aquí y ahora hace falta. Que hablen, que den explicaciones, que se mojen, que salgan del armario, que aunque ya sabemos que en política hay muchos que tiran la piedra y esconden la mano, es el momento de que salgan a la palestra y den la cara. A ver, señores políticos gobernantes y representativos de la ciudadanía ¿por qué no quieren comenzar el proyecto 2-provincias?, ¿cuáles son sus miedos?, ¿que pegas hay?, ...

Hartos, hartos nos tienen estos vividores de la política que no saben más que pedir el voto, cobrar y pelearse por el mejor sillón, y todo en el nombre del bienestar de los del pueblo al que dicen venir a servir. Sí, los del pueblo..., pero no se confundan, de pueblo sí, pero tontos no, que aquellos tiempos de doblar el espinazo cuando venía un gerifalte a nuestra trimilenaria ciudad, se terminaron con la llegada del alcalde José López, mi héroe de Cavite, y el repicar de su campana avisando «manos a las carteras y culos contra la pared», ¡oye!, que Cartagena ya no es puerto de bucaneros.

La historia es rica en ejemplos, los hoy gobernantes pasarán sin pena ni gloria por esta etapa de la vida, pero nuestra tierra y el clamor de sus gentes seguirán resonando año tras año, década tras década, siglo tras siglo.

La bi-provincialidad es algo que se va a conseguir, sí o sí, lo triste es ver cómo los que han sido premiados por la historia para incorporarse a ella con letras de oro, como artífices de un momento eterno, desprecian tal privilegio y cambian sus nombres en oro, por la hojalata o peor aún, por la ausencia.

No es justo que no escuchen las voces de los miles y miles de ciudadanos que reivindican el derecho a recuperar su identidad, una identidad mucho más longeva que la murciana; pero aún mucho más injusto y despreciable es ver y saber, que tras haber oído los clamores de bi-provincialidad, no respondan, no contesten, no sientan, no existan. ¿Y por qué actúan así?, ¿se lo han preguntado?...,

Está muy claro..., solo el miedo a la pérdida de poder puede llevar al político egoísta y radical a actuar de esa manera, sin valorar que al final la justa reivindicación de un pueblo siempre se impone a las miserias de las voluntades de sus inmerecidos dirigentes..., es cuestión de tiempo.

¡Ay!, mi querida Cartagena, qué tristeza y dolor da ver cómo estos políticos son tan comprensivos y dialogantes con la pluralidad de identidades y derechos históricos de otras regiones del país -navarros, vascos, catalanes, andaluces, etc.- y qué injustos y demagogos lo son contigo. Ni ellos merecen una ciudad como tú, ni tú mereces políticos de tan baja ralea -los que lo sean-.

Lo dicho, que apoyen el sí o expliquen el no, pero ya..., chsss, que pronto volveremos a votar, y no vaya a ser que Cartagena sea quien quite o ponga rey ¡otra vez!