La consejería de Cultura ordenó ayer la protección de los restos del antiguo puerto de Cartago Nova encontrados bajo la Casa Llagostera. Así lo anunció la titular del Departamento regional, Noelia Arroyo, en una visita al yacimiento donde indicó que la conservación y puesta en valor del hallazgo dependerá de un posterior plan especial que compatibilice el descubrimiento con el aparcamiento subterráneo previsto en el proyecto de la Casa Llagostera.

La consejera estuvo acompañada en su visita por el arqueólogo contratado por la empresa promotora de las obras, Francisco Fernández, quien afirmó que, con los estudios preliminares de documentación y la cerámica encontrada, se puede datar el puerto romano da mediados o finales del siglo I d.C., siendo una de las pocas estructuras portuarias de las que se tienen constancia en la Península Ibérica. Asimismo, Fernández señaló que la hipótesis ya confirmada es que la estructura de unos 25 metros lineales oblicuos a la calle Mayor pertenece al antiguo puerto romano.

La consejera explicó que el estudio de los restos aún no ha concluido, por lo que hablar de cómo se conservará el yacimiento aún es prematuro. No obstante, Arroyo avanzó que tras concluir el desfonde de la parcela con maquinaria, ahora se acometerá la excavación manual que confirme la teoría que situaría a Cartagena como el único punto de España que conserva parte de un puerto romano del siglo I d.C.

La titular de Cultura añadió que, una vez la Dirección General de Bienes Culturales dicte la resolución que paraliza las obras, que ya están detenidas preventivamente, se acometerá la excavación que permita redactar un estudio que concrete el área que ha de conservarse de un hallazgo «único y singular» que hay que poner en valor.

Y es que, según Arroyo, el estudio debe determinar qué parte del yacimiento se conserva y qué proceso se lleva a cabo para garantizar su recuperación. Así, deberá hacerse un plan especial para que sea compatible el proyecto de la promotora, que incluye un aparcamiento subterráneo con la conservación de la estructura portuaria y su posible apertura al público mediante un centro de interpretación.

En este sentido, la consejera afirmó que la normativa contempla las «máximas compensaciones» a los propietarios del inmueble con medidas complementarias, aunque no quiso aventurar si se autorizaría un aumento de edificabilidad para poder llevar a cabo el aparcamiento con todas las plazas previstas, aunque sí que el proyecto deberá modificarse para respetar los restos.

Sedimentos marinos

En cuanto al hallazgo, el arqueólogo afirmó que la historiografía y los restos de la calle Morería Baja apuntaban a que el antiguo frente portuario de la época romana se encontraba en la línea conformada por la calle Mayor, lo que se confirmaría con estos restos encontrados a tres metros por debajo del nivel freático actual. «No se había localizado en ningún sitio hasta ahora», dijo.

En relación al informe preliminar del arqueólogo refleja la existencia de un gran muro de sillares de arenisca bien escuadrados y reforzado en su interior con un muro de mampostería trabado con mortero de cal, cuyo alzado aún se desconoce.

La estructura formaría parte del frente marítimo, como lo demuestra la presencia de arenas y sedimentos marinos en la zona exterior del muro y la de acanaladuras en algunos sillares que podrían servir para colocar argollas para el amarre de las embarcaciones.

Paralelo a este muro, se ha hallado otro de sillares de arenisca y coronado por lajas de caliza gris y, uniendo ambos, se han documentado otros muros perpendiculares que harían las funciones de sujeción de la estructura.

Estas estructuras, además, poseen una singularidad constructiva que consiste en insertar troncos de madera en su estructura, conformando una obra mixta muy poco común.