El Teatro Romano, el Augusteum, las Termas Romanas, el Palacio de Asdrúbal, el Anfiteatro romano (en excavación), el Barrio del Foro Romano, la Casa de la Fortuna, la Muralla Púnica, el Decumano Máximo, la Calzada Romana... Ahora, de reciente descubrimiento, el Puerto Romano... y otras tantas joyas históricas trimilenarias que están por descubrir si hubiera responsabilidad política e interés por ponerlas en valor.

¿Qué ciudad mediterránea tiene más historia que Cartagena? Igualmente, ¿qué ciudad de más de 250.000 habitantes que baña el Mare Nostrum no tiene su feria taurina?

¿Alguien con responsabilidad y capacidad de decisión se ha parado a pensar lo que reporta económicamente a todas las ciudades que cuentan con sus ferias taurinas? Por ejemplo, Barcelona (que el Tribunal Constitucional ha fallado en contra de la nulidad de los toros en Cataluña), Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Albacete, Roquetas, Almería, Granada, Málaga o Algeciras, sin contar los muchos pueblos costeros.

Bien, amigos, aficionados taurinos y políticos. Esas miles de personas que van a las ferias taurinas son consumidores en potencia de todos los sectores y eso no hace más que generar riqueza a su ciudad y más a la nuestra con el potencial de su riqueza histórica que tiene. Por ejemplo con las agencias de turismo, touroperadores y demás empresas dedicadas al sector turístico, que aquí las tenemos y muy buenas, (Cartagena Puerto de Culturas es una de ellas) que saben utilizar su ingenio y herramientas de que disponen haciendo paquetes turísticos aprovechando nuestra feria taurina y solapando y potenciando nuestro patrimonio histórico, único en la costa mediterránea.

En definitiva, se trata de optimizar cuantos recursos pueda disponer nuestra ciudad y Cartagena debe y puede estar a la cabeza. La riqueza de nuestra ciudad no está en empresas donde les entra el dinero y al día siguiente ya está fuera de aquí, incluso fuera de España. La riqueza se consigue cuando el pequeño y mediano empresario hace caja con dinero que llega de fuera y se queda en Cartagena, y una feria taurina genera riqueza. Tan solo hay que mirar a nuestras ciudades vecinas.

Por cierto, quiero dejar claro la disponibilidad y el interés que hay por parte de nuestro Ayuntamiento cartagenero en dotar a la ciudad de un establecimiento polivalente (multiusos) a coste cero, que pueda solucionar las carencias de grandes eventos que se podrían dar en nuestra ciudad.

Volviendo al libro de Miguel Cabanellas, nos decía éste que había entonces compañías de arte ecuestre, de gimnastas, teatro, música y cante, que hacían unas exhibiciones y espectáculos impresionantes, y todo se hacía en nuestra querida plaza de la calle del Ángel. Mencionaba Cabanellas a Mr. Biuslay en el año 1860, y a Madame Garnier en el 1861. Esto quiere decir que ya en aquella época los empresarios utilizaban la plaza, no solo para los toros sino para otras actividades donde podían ver negocio a la vez que ofrecían otras opciones a la ciudad. Por tanto, ya en aquella época era un establecimiento multiusos.