Manuel Mora Quinto (Cartagena, 1969), casado y con dos hijos, estrena cargo de director de la Agencia de Desarrollo Local y Empleo de Cartagena (ADLE) tras 25 años trabajando en distintos departamentos del Ayuntamiento como Medio Ambiente y Servicios Sociales. Su paso por este último campo ha supuesto para él «estar más concienciado de la realidad y de las necesidades de la gente más vulnerable». Algo que, para este hombre de confianza propuesto por la vicealcaldesa socialista Ana Belén Castejón, «es un añadido más para conseguir que la ADLE sea un organismo más social».

Toma la dirección de la ADLE sustituyendo a Diego Peñarrubia después de que éste renunciara de su cargo un año más tarde de lograrlo. ¿Cómo valora el legado de su antecesor?

Hay que destacar el trabajo que ha hecho Peñarrubia. Él inició programas en sitios en los que la Agencia nunca había trabajado como Los Dolores o El Llano del Beal. Y también en barrios como Lo Campano, donde un grupo de diez jóvenes participan en talleres ocupacionales en los que les damos la oportunidad de formarse al tiempo que aprenden un oficio, y les apoyamos con una beca diaria que les permite llevar un ingreso a sus casas.

¿La Agencia se ha volcado más con la gente en riesgo desde que gobierna Castejón?

La ADLE se ha convertido en una agencia más social y cercana con los colectivos más vulnerables de la ciudad desde el cambio del Gobierno local. Nuestra idea es acercarla más a la ciudadanía conociendo sus necesidades. De todos modos, también queremos seguir dando apoyo a las pequeñas empresas. Ayudar a que los emprendedores tengan su propio empleo, impulsar cooperativas y líneas de economía social, así como apostar por empresas que sean capaces de generar puestos de trabajo y progreso.

Pronto abrirán un vivero de empresas para mujeres junto al centro comercial Mandarache.

Tenemos previsto que se ponga en marcha en breve, para este mismo mes o el próximo. La Agencia fija su objetivo en los colectivos más débiles, y las mujeres históricamente han sido un colectivo vulnerable. Vamos a hacer hincapié en ellas. De hecho, estamos trabajando en coordinación con la concejalía de Igualdad para volcarnos con este colectivo y dar a conocer la labor empresarial que desempeñan las emprendedoras cartageneras.

¿Cuáles son los retos que se marca?

Al margen de la cercanía que se quiere mantener con el cartagenero, de cara a ofrecerle todas las posibilidades que hay y una respuesta adecuada, queremos orientarnos al mundo agrario impulsándolo mediante cooperativas y fórmulas de economía social. Crear actuaciones para el campo con el fin de colaborar a nivel formativo y buscar financiación para los proyectos más innovadores del Campo de Cartagena, que necesita un impulso. Lo vamos a intentar en la medida de lo posible, sabemos que es un sector laboral duro, que está pasando un mal momento, por eso tenemos que captar los máximos recursos posibles que permitan hacer más fácil el trabajo.

Su antecesor perdió una inyección de casi 600.000 euros en ayudas para programas de formación. ¿Por eso han pedido ahora un millón en ayudas al Servicio de Empleo y Formación (SEF)?

Nos presentamos a las propias convocatorias que van saliendo y a los programas mixtos de empleo y formación que convoca la Comunidad. Ahora estamos esperanzados en que se resuelva a favor la convocatoria del programa de garantía juvenil que reclama financiación para dos programas mixtos en los que podemos formar y darle un salario durante un año a unas 80 personas.

¿La ADLE necesita más fondos para funcionar?

Siempre hay que pedir fondos, el dinero nunca está de más. En septiembre se cerró la solicitud de acciones formativas del SEF, y también acudimos a la convocatoria. Solicitamos todo lo que podemos y, en función de lo que nos dan, ejecutamos.

¿Tienen pensado lanzar microcréditos para las pymes?

Sí. Estamos estudiando la fórmula legal porque el Ayuntamiento no puede hacer de prestamista. Nuestra intención es abonar los intereses de pequeños préstamos, de hasta 3.000 euros, que soliciten las pymes y los emprendedores.