El pecio de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes aún guarda casi un millón de monedas en el fondo del mar. Este tesoro, según el propio director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua), Iván Negueruela, «no interesa al Museo». Aunque suene contundente, el experto, que también es el coordinador de las últimas expediciones a los restos del buque, afirma que «ahora mismo ya tenemos 600.000 monedas en el museo de Cartagena. Así que aglutinamos la mayor colección numismática de todo el continente europeo. Tener más monedas no aporta grandes avances científicos». Asimismo, añade que «este casi millón de monedas, que aún no se han rescatado, son las que cayeron separadas en el mar cuando naufragó el buque». Sobre ello, el director del Arqua aclara que «las que hemos recuperado son las que se depositaron aglutinadas en un montón. El resto, están desperdigadas por el fondo e, incluso, muchas están sepultadas por la arena».

Negueruela ofreció ayer una ponencia en el Museo sobre la última expedición arqueológica a los restos del barco. La cita estuvo enmarcada dentro de la celebración del tercer recuerdo a las víctimas del naufragio. El pecio está hundido a 1.130 metros de profundidad. La última expedición, que concluyó el pasado mes, «ha conseguido poner el punto y final a la identificación del pecio», sostiene el arqueólogo. «La hicimos ex profeso para identificar los materiales que aparecían en el manifiesto de carga de la fragata», asegura. Para el doctor Negueruela lo que de verdad ha sido un gran paso para la conservación y propiedad nacional de la carga fue lo que consiguió su equipo de trabajo en la segunda expedición al buque, que concluyó con hasta 34 extracciones.

Los dos candelabros, ocho platos, varios tenedores, una gran fuente y un almirez de oro es para el experto, «de lo más destacado que se ha recuperado». Pero, ¿por qué estos artículos que pueden parecer simple menaje son tan importantes para el futuro de La Mercedes? Negueruela lo explica: «Hasta ahora, no teníamos la certeza absoluta e irrefutable de que ese pecio era el de la fragata Mercedes. Pero gracias a que hemos encontrado uno a uno todos los objetos que aparecen inventariados en los manifiestos de carga del buque, que se conservan en el Archivo General de Indias, hemos logrado asegurar al 100% que esa nave es La Mercedes. Ya nadie podrá decir lo contrario aunque pasen 500 años». De este modo, «ningún país podrá reclamar que ese cargamento le corresponde porque hemos conseguido demostrar que ese barco hundido es el de la Armada española», subraya el experto.

¿Triquiñuela de los cazatesoros?

Negueruela sostiene que en el manifiesto de carga venían especificadas hasta las incisiones y tipos de letra que tenían cada uno de los platos o tenedores. Al rescatar todas estas piezas del pecio y comprobar que las marcas de cada una son las mismas que vienen en el manifiesto de carga, el doctor confirma que «ahora tenemos plena garantía de que es La Mercedes».

El director del Arqua, donde se pueden contemplar estos objetos junto a las monedas del barco, profundiza más en el asunto: «Se podría haber dado el caso de que el pecio que encontró la empresa de cazatesoros Odyssey no hubiera sido el auténtico. La compañía que lo expolió nos podría haber engañado y haber mentido a los tribunales ocultando el pecio realmente bueno. Así que, imagínate que Odyssey hubiera sabido donde estaba La Mercedes de verdad, por ejemplo a 100 millas náuticas de los restos que hoy conocemos, y nos lo hubiera ocultado para luego expoliar ellos el verdadero tesoro».

A modo de conclusión, Negueruela indica que «con esta última campaña en la que hemos encontrado todas las piezas del manifiesto tenemos la demostración científica de que la fragata está en esas coordenadas». Así, apunta el director del Arqua, «hemos logrado unos resultados científicos de primera fila, asegurando este patrimonio español de manera definitiva».

Un ataque pirata británico

La conferencia del doctor Iván Negueruela también sirvió para arrojar algo más de luz sobre los hechos que desencadenaron el hundimiento de la fragata española. «Pese a estar en tiempos de paz, el contexto geopolítico de la época en la que se hundió el barco, año 1804, demuestra sobradamente que el hundimiento de La Mercedes fue un ataque pirata de la Armada británica en toda regla, que estuvo orquestado por el primer ministro de Reino Unido, William Pitt 'el joven', pese a que eran aliados de la Armada española», concluye Negueruela.