Ha pasado poco más de un año desde que las trabajadoras del servicio de limpieza de las instalaciones militares solucionaran su conflicto con la anterior empresa subcontratada por el ministerio de Defensa, que no pagaba los servicios pese a que el Gobierno cumplía con el contrato. Ahora, las profesionales ven como otro frente se abre en el horizonte y vuelven a ver peligrar sus salarios.

Y es que, según contaron a LA OPINIÓN las propias trabajadoras, «la falta de Gobierno oficial en España ha provocado que no haya presupuesto para seguir pagando a la empresa subcontratada, por lo que tememos que si no hay decisiones pronto, la compañía llegue un momento en el que no pueda hacer frente a los pagos». Tal y como comentaron, el problema está en los presupuestos del Ejército de Tierra, que no dispone de partida para hacer frente a este pago. «El Consejo de Ministros es el que debe dar la autorización, pero de momento no hay noticias».

No obstante, las profesionales indicaron que «de momento tenemos la tranquilidad de que la empresa está con nosotras». De hecho, una reunión reciente entre el comité de empresa y la compañía acordó fijar un permiso retribuido de 17 días a las trabajadoras para ver si hay alguna novedad con el caso. También se propuso acudir al puesto de trabajo y hacer paros laborales, pero finalmente se acordó dar ese plazo para que desde el Gobierno central acuerden las partidas presupuestarias para solucionar el conflicto.

Sorprendidas

La situación ha provocado que se acuerde la aprobación de una orden, de 14 de julio, por la que se regulan las operaciones de cierre del ejercicio 2016, lo que ha supuesto la imposibilidad de contratar el servicio externalizado de limpieza, hasta que no sea aprobado por el Consejo de Ministros.

Una noticia que ha causado sorpresa entre las trabajadoras de los servicios de limpieza. Debido a esto, la Dirección de Acuartelamiento (DIACU) ha aprobado unas líneas generales de actuación, basados en la directiva de empleo del personal militar en la ejecución de determinados servicios de las instalaciones del Ejército de Tierra, por lo que serán los propios soldados los que se encarguen de las labores de limpieza. Además, según fuentes consultadas, conforme vayan finalizando los contratos externalizados irán entrando en vigor los respectivos planes de contingencia.

Según las resoluciones adoptadas, las actividades no externalizadas deberán ser realizadas preferentemente con personal civil o militar de las unidades de servicios. Además, dentro del plan viene especificado aquellas zonas donde se puede utilizar personal de tropa para la limpieza, excluyéndose zonas exclusivas de cuadros de mando y personal civil o mixto con estos últimos.