La detonación de una bomba fue el plato fuerte en la jornada de ayer. La Policía Nacional celebra hasta el día 4 su patrón, los Ángeles Custodios, y organizaron una mañana de puertas abiertas en la explanada del puerto. A la cita acudieron centenares de curiosos, y hasta familias al completo, para presenciar la representación de un simulacro de atentado terrorista: hubo explosiones, figurantes y los cuerpos especializados en la detección de artefactos, la TEDAX, dieron con el explosivo y acordonaron la zona.

Además del simulacro, la Policía Nacional instaló hasta las dos de la tarde una caseta donde todos los visitantes pudieron hacer la prueba dactiloscópica y enfundar una de las cuatro armas que pusieron a disposición los miembros de la UPR, unidad especializada en las concentraciones de grandes masas, como conciertos, manifestaciones o partidos de fútbol. «El principal atractivo de estas jornadas siempre son las armas. La más común es la Franchi, que dispone de una boquilla donde se colocan las bolas de humo en las manifestaciones; también la Nato, un rifle de larga distancia», explicó Juan Raúl, miembro de la UPR.

Asimismo, junto a la caseta, la Policía Nacional exhibió cuatro modelos de vehículos que utilizan en el día a día, así como el equipamiento básico: cascos, chalecos antibalas y escudos. Los más pequeños también pudieron montarse sobre dos motos, de 750 cm3 cada una, y hacer sonar la sirena.

A las once y media los perros-policía asombraron al público con una demostración de su trabajo. Las canes, especialistas, detectaron el olor de la droga y el dinero en unas mochilas, esparcidas por la explanada del puerto.

Pero lo más impactante de todo se recrearía media hora más tarde. La Policía Nacional organizó un simulacro de atentado de bomba, en el que hizo un despliegue auténtico, tal y como sería en el caso de que se instalase un artefacto explosivo. Los miembros de la TEDAX, especializados en detectarlos, acordonaron el lugar, retiraron a los heridos (figurantes maquillados para el momento) y tomaron imágenes de la escena después de retirar el paquete, siempre ataviados con un traje especial de 40 kilos para no correr peligro.