Hubo un tiempo en que los artistas pintaban maravillosas marinas sin haber visto nunca el mar y casi estupendas mujeres desnudas apoyándose en los posados masculinos y sin haber visto unos pechos como dios manda. No fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX cuando los impresionistas franceses y otras escuelas pictóricas rusas, americanas o canadienses, popularizaron el novedoso hecho de salir del estudio e ir al campo a pintar los paisajes 'a plein air', intentando captar la luz y el momento, en un ejercicio de comunión con la naturaleza y con un arte menos engolado y aprendido.

La expresión artística siempre se ha debatido entre la tradición que recoge el artista, la realidad que observa y le afecta y lo que pasa por su mente e imagina. Quienes tenemos la experiencia de pintar de foto y la de pintar del natural, sabemos que se trata de dos sensaciones totalmente distintas. El contacto directo con el motivo, la atención a la luz cambiante y a esos momentos irrepetibles, el hecho de pintar respirando el olor del mar, de plasmar el pálpito de una calle en un paisaje urbano o, incluso, de tener que sortear el calor y las moscas en un paisaje rural (no todo van a ser flores y cantos de pájaros), convierte en único pintar al aire libre.

Si a ello le sumamos la tarea de terminar el cuadro en una sola sesión, como en los certámenes de pintura rápida que en España ya tienen casi todas las ciudades, la cosa se convierte en un cúmulo de sensaciones difíciles de comprender para quienes no las hayan experimentado. Este tipo de concursos son una buena razón para recorrerse las distintas localidades rurales y urbanas de todo el país, de conocer gentes, disfrutar de gastronomías variadas, encontrarse con colegas artistas de todas las procedencias, de ganar un dinerico para muchos jóvenes recién licenciados en Bellas Artes, o de forjarse un estilo para artistas de larga trayectoria. Mi experiencia de una década en que me dediqué a esta disciplina me hace concluir que ha sido la época de mi trayectoria en la que más he aprendido y más he crecido.

Quienes también amamos la fotografía y vemos cuánta gente hoy día plasma los paisajes con sus cámaras o sus teléfonos móviles, hemos de reconocer que nada de esto se aproxima al goce de llegar a un pueblo por la mañana, con el lienzo en blanco y, una vez que te lo sellan, buscar el rincón apropiado que te anime a intentar el cuadro de tu vida antes de que sea la hora de entregar los trabajos. Es, sin duda, una lucha contra el tiempo, contra la realidad, en la naturaleza, en la calle, con la gente, pero en soledad y contra ti mismo.

Incomprensiblemente, Cartagena no disponía de un certamen de pintura al aire libre y, ahora por fin, gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento, la Caja Rural Regional y el Colectivo ArtNostrum, nuestra ciudad se pone en la onda de otras muchas ciudades y pueblos de la Región y de los centenares que en toda España mantienen una importantísima disciplina que es, además, una atracción cultural y turística para las gentes que ven pintar y dibujar en directo a decenas de artistas de todos lados.

La Caja Rural Provincial nació en Fuente Álamo hace 50 años como 'Caja Rural San Agustín' y tiene una Fundación que destaca en la cultura, el deporte o la solidaridad, y con motivo de su aniversario se han volcado en este concurso que hacía falta. Se ha elegido el tema del modernismo, como no podía ser menos en este año, que será interpretado por los participantes de las distintas categorías: infantil, juvenil y adultos.

Este sábado 10 de septiembre en Cartagena van a reinar las artes plásticas en directo, el arte en la calle, otra manera de captar la ciudad que no sea a base de móvil. A este certamen de pintura rápida hay que unir otra iniciativa del grupo de dibujantes urbanos Cuatro Gatos, dentro de la Semana Negra, que realizarán, dibujando, la ruta del famoso Chipé. Cartagena se va a convertir este sábado en un Montmartre y se está poniendo tan guapa que ojalá esto no acabe aquí. Nuestra ciudad merece un barrio de los pintores y hasta una feria de artes plásticas.