Son una pareja de profesionales como la copa de un pino. Alejandro, conocido en el mundo artístico como Alejo, tiene 57 años y lleva 32 tatuando obras de arte en la piel de miles de ciudadanos-as. Jesús tiene las manos de un cirujano plástico y pone los piercing como nadie desde hace ya 15 años.

Jesús es granadino y vino a nuestra ciudad en el 2001. Alejo es cartagenero de pura cepa, nacido en la muralla del mar. Y ambos son dos grandes profesionales, genuinos y divertidos a tope.

Pero es Jesús el que inclina el contenido de este selfie hacia Alejo que, tras terminar sus estudios de Programador de Sistemas, decide buscarse la vida en la construcción de plataformas petrolíferas, factorías de butano y montaje de gasolineras.

Fue en una de sus vacaciones en Cartagena y queriendo hacerse un tatuaje, que entró en el mundo del arte en la piel. Tanto le gustó que comenzó a aplicar su mano de dibujante, todo un artista con el uso de la aguja y la tinta de los colores. Junto a esto, hay que saber tintar la piel lo justo, sin profundizar, porque podría dejar cicatrices y el tattoo pierde belleza por la expulsión de la tinta.

Aquello le llevó a Rota, donde estuvo un año entre marineros realizando todo tipo de tatuajes.

Vuelve a Cartagena y monta un estudio junto a su compañero de profesión Jesús, obteniendo el Diploma de Acreditación de la Comunidad Autónoma de Murcia para el ejercicio de esta profesión que les ha llevado ya a la realización de miles y miles de tatuajes y piercing, que pueden durar desde diez minutos a sesiones de cuatro horas.

Me cuentan que antes la gente elegía el dibujo en libros, que hay miles, pero ahora vienen con el mismo en el móvil y te dicen «quiero este». Ahora la gente se inclina por el dibujo realista, incluso fotos y retratos. Aquellos tatuajes de líneas rectas, estrellitas o huellas de gato, ya no los piden tanto. A la gente le gusta que el tatuaje parezca que se sale de la piel. También piden nombres a un solo color. Las zonas que más se tatúan son los brazos, la espalda y las ingles en las mujeres.

A Jesús le demandan los piercing en la nariz y la oreja, aunque últimamente lo que más le demandan es ponerlos justo encima del clítoris, las chicas; y en el frenillo, los chicos.

Pero no te creas, -me dice- que quienes se los ponen son de lo más normal que te puedas imaginar, vamos que ni te imaginas que puedan llevarlo.

Pero cual es mi sorpresa cuando me cuentan que son actores de cine. A Jesús le gusta hacer pinitos como actor y director y a Alejo, solo actor.

Entre otras 'pelis', Alejo sale como vampiro bueno en la película Lascivia Inmortal, la historia de un vampiro que se enamora de una chica normal y que se empeña en comérsela. También en la película La ciudad de los ciegos junto a los famosos actores Quique San Francisco (el de Cuéntame) y Luis Fernández (de Águila Roja). Ahora están con La caída, una película que rueda el director Alberto Martínez, que es una preciosa historia de un ermitaño que recoge a un niño que se ha caído por un acantilado.

Pasmao me tienes con tu pluralidad, Alejo, -le digo-, replicándome que también es motero de Harley y director de carreras de motos y coches.

Ha hecho anuncios para la tele y para la Comunidad autónoma de Murcia, sobre todo de rey mago?, el de los plátanos de las Canarias.

Anda cuéntame alguna anécdota?. Pues verás, una vez me llevaron a la India para hacer un anuncio de un minuto de una moto muy veloz. En otra ocasión, después de tatuar a un montón de marines me puse a tatuar al más fornido, ¡una pared parecía su espalda!, y al primer pinchazo se mareó y cayó al suelo. Y en otra a un camarero que le estaba haciendo un tatuaje en el tobillo y se había tomado cinco cubatas y un porro, se me desmayó y tuvimos que despertarlo a tortazos. Al despertarse nos dijo «estaba ahí arriba viendo las hostias que me dabais». Aún se me ponen los pelos de punta.

Han viajado por la India, Escocia, Inglaterra, Suiza, Francia, Austria, Alemania, Filadelfia, Montreal?, y de todas partes no ha encontrado ni una comida como el arroz al horno y los estofados de sus madres.

Y ahora el selfie?, ahí vamos?, ¿qué??, ¿sí tenían tatuajes??, ¿cómo??, ¡ay, no!, no les pregunté si llevaban un piercing en el frenillo, pero pueden hacerlo ustedes mismos en la calle Pintor Balaca, nº 1, de Cartagena?, que ahí los tienen pa lo que precisen de sus habilidades.