El dátil tunecino es líder a nivel mundial. Así se desprende de la tesis que ha presentado recientemente Rihab Ben Amor en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y que han dirigido Encarna Aguayo y María Dolores de Miguel.

Pero existe una plaga, conocida como la polilla del dátil, que interfiere en su calidad y que merma su expansión internacional frente a otros mercados como el de Israel.

Es por eso por lo que esta doctora por la UPCT ha investigado sobre el efecto de los tratamientos físicos de postcosecha para combatir dicha plaga, conocida científicamente como Ectomyelois ceratoniae, y asegurar la calidad del fruto.

Según dice, la cuenca mediterránea concentra más del 35% del palmeral a mundial. Entre los tratamientos que ha estudiado para combatir dicha plaga se encuentran el agua caliente, aire caliente y congelación. Además, en una segunda parte del trabajo ha estudiado los efectos de estos tratamientos postcosecha sobre los principales parámetros de calidad del fruto como son el color, la firmeza, la calidad funcional, microbiológica y sensorial del dátil.

Concluye que las nuevas estrategias de negocio como el condicionamiento, los nuevos tratamientos desinsectantes físicos, envases, la apertura de nuevos mercados o canales de distribución serían medidas positivas que podrían ser utilizadas para hacer frente a las limitaciones actuales del mercado, que son la aparición de nuevos productores y las políticas restrictivas europeas.

Estos tratamientos se presentan como alternativas al bromuro de metilo asegurando el control de los dátiles destinados a la exportación y manteniendo en estado óptimo los parámetros de calidad del fruto. En particular, el tratamiento de agua caliente de 55 ºC, el de aire caliente de 60 ºC, o el de congelación a -18 ºC son recomendados a los productores por mantener la calidad del fruto.