Como Matías Prats en un anuncio de la televisión, permítanme que insista sobre la conveniencia de cambios urgentes en el Partido Popular. Empecemos por ponerle realidades incuestionables a este partido que tiene la responsabilidad de ser el mas votado del país, de la Región y de las deseadas dos grandes provincias, la murciana y la cartagenera.

El PP nacional de Rajoy, tal y como va la cosa, tan sólo aspira a ser el partido mas votado para intentar gobernar con el apoyo de Ciudadanos o PSOE, cosa a la que ya le han dicho que estando él, ná de ná. Sobre Rajoy descansa el dudoso honor de que durante su etapa se han producido los mayores casos de corrupción, incluso sobre su propio partido, sobre el que pesa una fianza judicial millonaria por mover dinero en B. O lo que es lo mismo, Rajoy, que será todo lo honrado que el hombre quiera ser, ha sido cuanto menos el paraguas donde se han cobijado muchos corruptos, y eso no se puede ni negar ni obviar.

Rajoy es responsable de cuanto ha ocurrido durante su etapa de gobierno, etapa que pasó con una mayoría tan aplastante que se permitió el lujo de despreciar a los de la oposición no teniéndoles en cuenta nada. O dicho de otra manera, actuó como un demócrata muy antidemocrático. Ahora se ha vuelto a presentar como el adalid de la honradez y la democracia€, y el líder contra la corrupción.

De la honradez puede presumir todo cuanto le permita le presunción de inocencia y que las cajas de puros llevasen puros, pero de demócrata y de liderazgo contra la corrupción, no es nada creíble, que ¡hasta ahí llegáramos!

¿Cómo va a tener crédito quien ha mirado para la luna, hasta que ha podido, frente a la corrupción?, ¿cómo vamos a creer que quien no sólo no limpia su casa política sino que la mantiene con personajes y personajas de dudoso proceder, va a ser contundente con la corrupción a partir de ahora?, ¿cómo va a ser creíble que quien ha ejercido la dictadura democrática mas férrea conocida, ahora se va a convertir en el líder de las coaliciones?, como bien dice Albert Rivera de Ciudadanos, ¡es que no es creíble!

El PP regional de Pedro Antonio Sánchez, en cuanto a pactos y formas democráticas de gobernar, sí es creíble, pero su trayectoria llena de curvas y dudas no lo es.

Aquí tenemos un presidente que lo hicieron candidato forzando la maquinaria del partido. No era el que los votantes querían, pero sí el que quería Valcárcel, que presionó en Madrid, ¡él sabrá por qué tuvo tanto empeño!, cuando lo que la gente votante del PP quería era que el candidato fuese Alberto Garre. Tal empecinamiento, unido a la incomprensible visceralidad escrotal de mantenerle el aforamiento a Pilar Barreiro, llevaron al PP a la pérdida de la mayoría absoluta€, por culpa de los cartageneros€, que lo tienen ¡a mucha gala y honra!

Ahora, Pedro Antonio se enfrenta a tres grandes causas, todas, cuanto menos, presuntamente son de las que tendrá que dar explicaciones en el Juzgado y dos, al menos, de las que parece que van a llegar a juicio.

Púnica, Auditorio y Rambla, éstas dos últimas de difícil escapatoria por la dificultad de explicar lo inexplicable. Aunque, visto lo visto, en la Justicia se puede ver y pasar de tó.

Por mucho que los paniaguados y acólitos de Pedro Antonio se conjuren en gritos y razones entrando en un éxtasis colectivo, la realidad no cambia, es la que es: un presidente que llegó con un corto recorrido. Una pena, pero esto ya se sabía desde antes de hacerlo candidato, así que ahora, que los peperos no se rasguen las vestiduras por recoger lo que ellos o alguien por ellos sembró en su día.

A nivel local, en la Cartagena de mis amores, la incorporación de Pilar Barreiro en las listas del Senado para que siga siendo aforada ha sido todo un despreciable bofetón a todos los cartageneros que ya en su día, con su negativa a votar PP, tuvieron que votar otras opciones.

Dice mi amigo Andrés, que pensaba votar PP, pero al ver que han vuelto a poner a Pilar, votará a otro. Y como Andrés hay demasiados miles de cartageneros como para ser menospreciados o ninguneados por dirigentes del PP, que no por el partido.

Por todo ello, como Matías Prats, ¡permítanme que insista! en lo de que el PP necesita hacer cambios de verdad lo más urgentemente posible. Rajoy debiera retirarse ya, aunque sea aduciendo una espontánea enfermedad, de la campaña electoral, debates y de la lista de candidatos dándole paso a un buen candidato sin ningún pasado ni responsabilidad que se le pueda reprochar, como Pablo Casado, por ejemplo.

Pedro Antonio también debería dejar la presidencia y convocar nuevas elecciones para evitar que la fuga de votos que puede producirse el 26-J se materialice, que aunque el efecto Paco Bernabé dé mucho de sí, -que debiera haber ido de número uno en las listas- no es suficiente. Y al mismo tiempo ir buscando un buen candidato para las autonómicas, que nada tenga que ver con la corriente valcarceliana, incluso recuperando a Alberto Garre como garantía de limpieza en el PP. Pedro Antonio debería pensar en el PP, aunque eso le cueste irse al paro un tiempo.

Permítanme que insista en que quiten a Pilar Barreiro de las listas como imagen de renovación, limpieza y transparencia, antes de que los efectos negativos se consumen en las urnas. Creo que quien más se ha alegrado de que la hayan puesto en las listas es mi Manolo Padín€, por aquello de que lo que espanta el PP, lo recoge Ciudadanos.

Así las cosas, si todos los peperos, empezando por los jefes, que tienen algún pasado, alguna cuita, alguna rémora o algo que le dé carnaza a la oposición, en un alarde de generosidad se quitaran de en medio, ¡pero ya de ya!, el PP todavía podría alcanzar, a nivel nacional, una mayoría simple suficiente para gobernar en solitario, que es lo que la mayor parte de los españoles parece ser que desea.

Pero lo que no desean esa mayoría de andantes de a pie es que continúe todo lo que ha venido ocurriendo hasta hoy y que sigan los mismos, por mucho que nos prometan ahora aquello de «a partir de hoy seré muy bueno» o por el contrario que vengan quienes quieren desmantelar, cargados de rabia e incomprensibles razones, todo el sistema que hemos creado millones de españoles durante décadas..., vamos, que no queremos estar como los venezolanos, ni parecido.

Lo dicho, permítanme que insista, en lo de que todos éstos políticos peperos, que no tienen los 15 puntos del carnet de político, dejen el PP para que pueda recuperarse urgentemente para el 26-J. ¡Pero que se vayan ya!..., venga€, ligericos y pá la casa€ Pero no lo harán; se quedarán hasta el final, siendo la más clara demostración de que lo único que les importa es su propio culo por encima de su partido y de los ciudadanos.