El mago Chiky

Horas y horas estudiando magia, viendo en la tele programas de magia, moviendo sus manos para adquirir habilidades más rápidas que la vista, ensayando una y otra vez, decenas, cientos, miles de veces lo mismo hasta conseguir engañar a los ojos que miran.

A los quince años comienza su carrera profesional actuando en teatros, discotecas, fiestas y donde le llaman.

Chicky es autodidacta, crea sus propios juegos de magia, y vean que no digo ´trucos´ porque eso a él no le gusta. Me dice que un truco es engañar y la magia es un juego que divierte. Se inspira en Juan Tamariz durante un tiempo para evolucionar en la complicación de sus juegos mágicos para terminar bebiendo en las fuentes de la magia de Karina, un mago asturiano que mezcla la comedia y la magia.

Ahí se siente cómodo, haciendo que la gente se divierta, disfrute, quede perpleja y se ría. Tan enamorado está de la magia que la ha convertido en su vida, su trabajo, su pasión, su alimento.

Bien Chicky, todo eso está muy bien, pero€, ¿la magia es toda igual?, le pregunto. No, -me dice-, los juegos de magia tienen especialidades, como el mentalismo que consiste en adivinar pensamientos; la manipulación, que es la aparición de objetos, cartas, palomas; la magia cómica, que es la magia con un toque de humor; la magia de cerca, con monedas y cartas, como la cartomagia; el escapismo, que es cuando se atan con cadenas y candados; artes afines a la magia como la sombra china que crea ambientes mágicos; los grandes ilusionismos, que juegan con fuego, espadas, jaulas, peceras, etc.

A él le gusta meter contrastes, magia, risa, jugar interactuando con el público.

Sí, Chicky, todo eso está muy bien, pero ¿qué truco es el de que en una jaula se mete una chica y en un segundo desaparece y sale un tigre?, ¿o el de las espadas que atraviesan a uno metido en un cajón?... Me contesta que todo eso son ilusiones que se consiguen con efectos especiales y muchas y muchas horas de ensayo. El quiere que la gente crea en su magia, si existe o no ya depende de cada espectador.

¿Pero me lo dices o no?..., ná, que no suelta el truco.

Como anécdota me cuenta que una vez se metió en un circuito que se llama ´diminuto´, que es recorrer en unos meses 40 pueblos de Albacete, terminando en el Teatro Circo de la capital. «Fue algo precioso para mi, actuar delante de mis vecinos, de la gente de mi ciudad». Estaba el teatro hasta la bandera, donde sacó todo su buen hacer coronándose con la magia de sombras chinas. Al ver a algunos espectadores llorar, él también lloró. Por cierto, que en el truco de la paloma, ésta salió volando y no había forma de cogerla, «menuda sesión me dio».

Vale Chicky, todo eso está muy bien, pero ya que no me dices ningún truco, hablemos de otra cosa.

La comida que más le gusta son los huevos fritos con patatas y chorizos partidos por la mitad y muy hechos... bueno, y el arroz caldoso con pollo y verdura que le hace su madre Francisca. Usa la colonia Solo de Loewe, le gusta la música hip-hop y juega al pádel. Viste muy moderno, de Purificación García, y es muy casero: «¡ay!, el ratico en casa con mi novia, Beatriz, es que es maravilloso».

Actualmente, entre bolo y bolo que lo contratan, trabaja con una productora de teatro que se llama Albacity Corporation, que han puesto en escena la comedia de teatro y magia ´Magia Borrascha´, bajo la dirección del maestro Carlos García Navarro y el actor Antonio Campos.

Vale, sí, pero Chicky, ¿qué hay de un truquillo aquí sobre la marcha?..., le digo. ¡Déjame un billete de 50 euros y verás como desaparece!, me contesta€ y vaya que desapareció€, visto y no visto.

Bueno, y ahora el selfie€, ahí vamos€, aplaudan que se lo ha ganao€,

¿Qué€?, ¿el billete?..., ¡magia pura!, se lo digo yo..., desapareció en mi cara y no lo he vuelto a ver€,¡pedazo de truco!