La vegetación autóctona del desierto de Atacama puede regenerar los suelos mineros de esta región situada al norte de Chile. Así lo ha demostrado el investigador Ítalo Montofré en su tesis defendida en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT).

El estudio sostiene que la minería genera un enorme volumen de residuos que suponen un foco de contaminación química por metales pesados y de riesgos por inestabilidad física estructural y ha demostrado que plantas nativas de Chile ayudan a absorber los nutrientes necesarios y a inmovilizar elementos químicos del suelo minero como pueden ser el cobre, el cadmio, el zinc, manganeso, hierro y el plomo.

De esta forma, la vegetación que crece en un suelo contaminado es capaz de regenerarlo porque crea una superficie que protege y genera una capa en el suelo que minimiza el impacto de la contaminación. Esta técnica, pionera en zonas desérticas, también ha demostrado que no existe tendencia de translocación de metales, esto es, que los contaminantes del suelo no se movilicen a otras zonas afectando poblaciones, cursos de agua, suelos próximos, de manera que también se minimizaría el impacto sobre la salud de las personas y medio ambiente.