La imagen de la Virgen de la Piedad no está en su capilla en la iglesia de Santa María. La talla ha ido de la ciudad, y no por interés, sino por obligación, ya que en el calendario de restauraciones iniciado hace tres años por la cofradía marraja para recuperar su patrimonio, le ha llegado el turno a la Caridad Chica.

Así, durante los próximos dos meses, según las estimaciones, estará en el taller del restaurador Enrique Barcala -quien ya ha trabajado con los morados en ocasiones anteriores- en Lorquí. La talla fue trasladada hace una semana hasta este municipio.

«Se trata de un mantenimiento integral de la imagen, que sufre mucho por los movimientos al tener que cambiarla de trono cada año dos veces. Tiene marcas en la policromía que el taller de Barcala solucionará», afirma el presidente de la agrupación de La Piedad, José Luis Sáez.

Asimismo, los morados también están inmersos en la recuperación de retablo de su capilla en la iglesia castrense de Santo Domingo. Queda pendiente la segunda fase, que comenzará a mediados de junio. «Ya está todo planificado y habrá cerrar la capilla tres meses», dice Sáez, quien añade que «la parte superior ya se trabajó y ahora se igualará el pan de oro y se arreglarán algunas piezas del retablo que se han soltado. Se trata de un lavado de cara para que recupere su esplendor», asegura.

Por otra parte, el próximo sábado los marrajos expondrán legajos históricos de la cofradía en su capilla. Entre estos documentos destaca el primer recibo de compraventa de la capilla o el segundo recibo de pago por la misma, entre otros. El primero ya ha sido solicitado al Gobierno regional, ya que se encuentra en el Archivo Histórico Provincial, y se espera recibir esta semana. El segundo ha sido restaurado por Cristina Romero junto a una bula del Papa Pio IX de 1857.