La afición al motociclismo en nuestra ciudad durante los años cincuenta del siglo pasado dio lugar a la creación de varias asociaciones y una de ellas fue el ´Vespa Club Cartagena´. Aunque las reuniones previas a su formación comenzaron en 1954, habría que esperar un año para que quedara formalmente constituido como tal entidad. El 2 de julio de 1955, bajo la presidencia de Antonio Martínez Costa se celebró la reunión definitiva en la que se aprobaron sus estatutos y comenzó a funcionar oficialmente. A partir de ese momento las inquietudes de este grupo de personas amantes de la Vespa se tradujeron en la organización de diferentes actividades. Entre ellas las más habituales eran las salidas a poblaciones cercanas pero también organizaban divertidas gymkhanas con pruebas de difícil ejecución. De todas ellas una de las más espectaculares fue la llamada ´gymkhana luminosa´, que se celebraba por la noche, en la que tenían que driblar obstáculos rodeados de cohetes. Pero sin duda alguna el gran reto, y que centra la historia de hoy, fue el ascenso en 1969 al Pico del Veleta en Sierra Nevada situado a una altura de casi 3.400 metros. A decir verdad ya habían realizado alguna excursión anteriormente a este lugar, pero esta vez fue la primera que tuvo una amplia cobertura informativa y un toque sentimental como ahora veremos.

A la dificultad de por sí de la altura a ascender se sumó el hecho de que ese año en pleno mes de septiembre, fecha prevista para llevar a cabo la ascensión, los primeros copos de nieve ya habían caído en Sierra Nevada. En una entrevista concedida por el presidente del club Antonio Martínez Costa afirmaba que la nieve podría influir pero que tanto él como sus compañeros iban dispuestos a todo. Y no era para menos si tenemos en cuenta que sus acompañantes eran los campeones de gymkhana Jerónimo Sánchez y Enrique Piñana, y el vicepresidente vespista Antonio Cañavate. Con esas ganas salieron de Cartagena el 17 de septiembre y tras parar para comer en Guadix llegaron al anochecer a la capital granadina en la que los diarios locales ya habían informado de la gesta a realizar. Al día siguiente sobre las nueve y media de la mañana iniciaron la subida que les llevó tres horas, menos tiempo del previsto pues la carretera hasta entonces muy pedregosa había sido arreglada recientemente.

Antes mencioné la nota sentimental y la misma vino dada por la figura del actor cartagenero Isidoro Máiquez, que si bien nació en nuestra ciudad en 1768, fue en Granada donde acabaría falleciendo en 1820. De ahí la circunstancia de que las dos ciudades fueran las únicas que poseyeran sendos monumentos de homenaje a tan ilustre rey de la escena. Por eso los protagonistas de esta historia antes de iniciar su aventura posaron para la posteridad junto al monumento que le recuerda en la plaza de San Francisco, y una vez en Granada hicieron lo propio con el que lo hace allí en el que además depositaron un ramo de flores. Para el recuerdo quedarán siempre estas dos fotografías y por supuesto la de los cuatro valientes cartageneros en lo más alto del Pico del Veleta. Por último mencionar que a partir de este año 1969 esta subida se convirtió en un clásico del calendario de pruebas del Vespa Club cartagenero en la modalidad de resistencia.