Mañana se celebra en todo el mundo el Día Internacional de las Familias, en el que el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, pide promover el desarrollo sostenible mediante la creación de un entorno propicio en el que todos los miembros de la familia puedan desarrollar su potencial de contribuir a nuestro mundo.

Sin duda alguna, las familias son el centro de la educación y donde los más pequeños aprenden las costumbres que los definirán. Es por ello que debemos ser nosotros mismos los que inculquemos a nuestros hijos, sobrinos, nietos, etc., el respeto al medio ambiente y la importancia que supone para las generaciones venideras. Gestos como tirar un papel al suelo, no recoger los excrementos o tirar una colilla suponen algunas de las cosas que vemos a lo largo del día cuando andamos por la calle, siendo infracciones sancionadas por la ordenanza de limpieza urbana.

También podemos señalar, por la proximidad de la temporada estival, las acciones que no están permitidas en las playas del litoral cartagenero, como tirar basuras fuera de los sitios específicos, bañarse con champú o hacer hogueras; todas ellas sancionadas por la ordenanza municipal sobre el aprovechamiento de playas.

Dicho esto, resulta del todo impactante que existan personas que se dediquen a quemar montes, a realizar vertidos descontrolados al mar o realicen matanzas de animales, siendo estos los casos más extremos que perjudican gravemente nuestro entorno.

Por todo ello, invito a los lectores a reflexionar sobre de qué manera pueden contribuir a la enseñanza de los más pequeños para inculcarles una vida de respeto al medio ambiente.