Fueron muchos los personajes ilustres nacidos en nuestra ciudad, de todos ellos algunos consiguieron destacar a nivel nacional y otros como Jiménez de la Espada traspasaron fronteras y alcanzaron fama mundial. Su vida, intensa como pocas, fue objeto de una biografía escrita por el científico y religioso Agustín Jesús Barreiro, un libro que contiene datos muy interesantes.

Marcos Jiménez de la Espada vio la luz por primera vez en la céntrica calle de San Antonio el Pobre el 5 de Marzo de 1831. Tras cursar estudios en Valladolid y Barcelona sería en Sevilla donde obtendría el título de bachiller en 1850. El 15 de Mayo de 1855 se licenció en la carrera de Ciencias en su sección de Ciencias Naturales aunque dos años antes se había hecho cargo por oposición de la Ayudantía de las clases de Historia Natural. Sus trabajos en el Museo de Ciencias Naturales y en el Jardín Botánico, a los que consagró los siguientes cinco años, le hicieron merecedor para formar parte de la Comisión Científica del Pacífico. Esta expedición, auspiciada por la Reina Isabel II en 1862, fue una de las más importantes en el campo de la zoología, botánica, biología, arqueología y geología. Los ocho componentes de la misma además de fotografiar todo lo que veían también recogieron miles de ejemplares de animales, plantas y minerales que fueron enviados a España para su clasificación.

Desde el Estrecho de Magallanes atravesaron Chile, Argentina, Brasil y pasando por Centroamérica llegaron hasta la mismísima California. Una auténtica odisea teniendo en cuenta los medios de la época y de la que da fe la fotografía de nuestro paisano tomada al terminar su complicado viaje. Como etnógrafo una de sus grandes obras fue Diario del Viaje al Pacífico, un libro en el que hablaba de las costumbres de las razas y pueblos que habitaban el Amazonas. Su salud ya delicada antes de su aventura se agravó, y sufría casi a diario una especie de ataque epiléptico debido a unas fiebres malignas contraídas en los bosques del Ecuador. Pero todo esto no le impidió realizar en 1868 su tesis doctoral titulada Descripción topográfica y botánica de las regiones del Napo, fundar en 1871 la Sociedad Española de Historia Natural o llegar a ser Miembro de número de la Real Academia de la Historia en 1882.

La labor de Jiménez de la Espada como naturalista y zoólogo fue espectacular, dando a conocer especies de mamíferos y batracios nuevas para la ciencia. Pero también destacó como historiador y americanista, llegando a ser un gran experto para entender todo cuanto tuviera que ver con nuestras antiguas colonias. Entre los honores y distinciones que recibió se encuentran los de comendador ordinario de la Real Orden de Isabel la Católica, oficial de Instrucción Pública de Francia, miembro de la American Antiquarian Society de Worcester en los Estados Unidos o miembro honorario de la Sociedad Berlinesa de Antropología, Etnografía y Prehistoria. Sus compañeros quisieron recordarle dándole su nombre a una especie nueva de molusco ´Bulimus Jimenezii´ y a un murciélago, el ´Eptesicus Espadae´. El insigne científico, fallecido en 1898, es recordado en su ciudad natal con una calle y un instituto que llevan su nombre, si bien en 1925 la idea original del ayuntamiento de Cartagena era, junto a lo anterior, colocar una lápida en la casa donde nació y un busto en un paseo céntrico de la localidad. Estas dos últimas iniciativas se podrían llevar a cabo en el año 2023, coincidiendo con el 125 aniversario del fallecimiento de tan significado cartagenero, efeméride que seguro se celebrará como merece.