El doctor Carlos Ferrándiz Araujo ha diagnosticado hasta diez posibles enfermedades del autor de El Quijote, Miguel de Cervantes Saavedra. Este médico cartagenero, autor de varios libros y publicaciones, pronunció el miércoles una conferencia en la UNED dentro del ciclo dedicado al escritor de Alcalá de Henares dentro de los actos conmemorativos que el centro asociado de Cartagena ha celebrado este mes, con motivo del 400 aniversario de la muerte de este genio de las letras.

En su ponencia titulada 'Antroponosología de Miguel de Cervantes', Ferrándiz explicó las enfermedades que ha ido descubriendo a partir del estudio de sus textos y, sobre todo, del prólogo de las Novelas Ejemplares, «donde hace una descripción meticulosa de sí mismo y de los signos de su cara y su cuerpo», indicó. Así, Ferrándiz señaló que «siempre se ha dicho que era diabético y, lo inédito es que se confirma con una sintomatología muy florida relacionada con la diabetes. A los 63 años le quedaban seis de los 32 dientes, lo que está relacionado con una enfermedad periodontal vinculada a su diabetes», dijo.

Asimismo, el doctor explicó que el autor de Viaje al Parnaso sufría osteoporosis, una descalcificación ósea que también está relacionada con la diabetes, además de una cifosis o encurvamiento de la columna torácica, y una cojera propia de la citada enfermedad. «Hay que tener en cuenta que en su época la diabetes no se conocía. Tuvo un mérito increíble. Iba loco el pobre, soldado, recaudador de impuestos, escritor. Viajó mucho por todo el Mediterráneo a las órdenes del cardenal Acquaviva y de la flota española.», señaló.

Por otra parte, era tartamudo «desde su niñez aprendiendo las primeras letras en Córdoba» y sufrió paludismo, indicó. «Cuando en la batalla de Lepanto le ordenan que no combata, él se arriesga y fue herido con tres arcabuzazos: dos en el pecho y otro, en la mano izquierda, que de ahí viene el sobrenombre del 'Manco de Lepanto', aunque no perdió la mano, sino su funcionalidad», explicó. Además, Cervantes padeció alopecia de tipo frontal y coronal asociada a la diabetes; y tenía presbicia por lo que usaba lentes para leer «hasta que se le rompieron y no pudo sustituirlas por lo maltrecho de su economía».

Traumatólogo y especialista en Cirugía Ortopédica, Ferrándiz está convencido de que Cervantes estuvo más veces en Cartagena, además de en 1568, cuando partió a Italia; y en 1581 cuando partió a Orán en misión secreta encomendada por Felipe II. «Cartagena es una ciudad cervantina y debe incluirse en el catálogo oficial. «Aquí fue feliz y piropeó esa elegía al puerto», dijo.