l 15 de noviembre de 1995 al objeto de fomentar la lectura y la industria editorial la UNESCO declaraba el 23 de abril como 'Día Internacional del Libro' dado que, supuestamente, en esa fecha del año 1616 fallecían dos gigantes de las letras como fueron Miguel de Cervantes y William Shakespeare.

Dicho esto, habría que aclarar dos cosas; la primera, que en España se conmemora el día del libro en la fecha referida desde 1930; y la otra, que Shakespeare murió el 23 de abril pero del calendario juliano que era el que rigió para los ingleses hasta 1752 y que se corresponde con el 3 de mayo del calendario gregoriano vigente en España desde 1582.

Aun así, significar que Cervantes falleció el 22 de abril en la calle de León dentro del perímetro del Madrid de los Austrias con mucha más pena que gloria al más puro estilo español, aunque su modesto entierro sí que tuvo lugar al día siguiente de su muerte, en el cercano convento de las Trinitarias Descalzas según su deseo.

Lo que no deja lugar a dudas a los cartageneros es que Cervantes, durante el reinado de Felipe II, pasó por nuestra ciudad en dos ocasiones años 1568 y 1581 y que quedó prendado de nuestro excepcional puerto natural y de su dilatada historia.

Prueba de ello son los profundos versos que dedica a su descripción en el capítulo primero de su obra Viaje del Parnaso (1614); y que también figuran impresos desde los años 50, a modo de elegía, en un friso de azulejos ubicado en el lugar que ocuparon las antiguas puertas del muelle.

Por tanto no es de extrañar, pero sí de agradecer, que el Ayuntamiento cartagenero haya preparado un sinfín de actividades durante este mes de abril, haciendo un hueco en el Año del Modernismo, para rendir justo homenaje a tan genial escritor que, durante un lustro (1570-1575), también supo servir con orgullo a España enrolado en los Tercios de Infantería y participando en legendarias batallas como la de Lepanto; combate, por cierto, en el que quedó inútil de su brazo izquierdo, pero no manco como le atribuyen. Luego vendría el episodio de su largo cautiverio en Argel (1575-1580).

Casi todos los mortales estamos condenados, desgraciadamente, al más triste e insignificante de los olvidos?, aunque unos tarden algo más que otros en 'eso' de ser olvidados.

No obstante, de vez en cuando surgen algunos hombres y mujeres cuya genialidad, fuera de lo común, les hace labrarse un hueco en la historia y pasan a tener el honor de ser recordados en el marco de la eternidad humana.

Sin duda, este es el caso de Cervantes que, a día de hoy, incluso es dueño de la estrella '? Arae' que dista unos 50 años luz de la Tierra y lleva su nombre.

Por último, quisiera hacer hincapié en que muchos han sido los escritores que a lo largo de los siglos procuraron esmerar su pluma para describir las características de nuestro puerto pero, sin duda, ninguno de ellos ha llegado a ensalzar sus bondades naturales ni su vasta historia hasta el punto en el que lo hizo Miguel de Cervantes.

Este hombre de mundo, conocedor de mares y puertos, no escatimó el énfasis en cada una de las palabras que conforman sus versos para concluir que, ante el puerto cartagenero? «se postran cuantos puertos el mar baña, descubre el sol y ha navegado el hombre».