En la medida de lo posible esta sección durante los últimos años ha querido hacer un guiño a los participantes en la Ruta de las Fortalezas, prueba que el próximo sábado cumple su séptima edición. Y qué mejor manera de realizarlo que recordando a dos cartageneros, que tras superar no pocas dificultades, lograron una gran hazaña en 1975.

El reto consistía en dar la vuelta a España recorriendo un total de 3.600 kilómetros en los que atravesarían 23 provincias de nuestra geografía.

Los protagonistas fueron Baltasar Escobar Heredia, jubilado de Empetrol de 77 años de edad, y Juan García Pintado, de 70 años, también jubilado pero de Unión Española de Explosivos Riotinto. La iniciativa partió del primero de ellos quien pensaba hacerlo en solitario, puso un recorte de periódico en el que se hablaba de su aventura en el Hogar del Pensionista al que acudía, y éste fue visto por el señor García que decidió unirse. El lunes 9 de junio a las ocho de la mañana, desde la plaza de España, comenzaron su viaje, en el que unas cincuenta personas les acompañaron hasta la plaza de Bastarreche donde se despidieron de su ciudad. Al paso de los aventureros por la Unión Española de Explosivos Riotinto se izó la bandera de la fábrica concentrándose un gran número de trabajadores para desearles suerte. La nota simpática la pusieron los coches que entraban por la carretera de Alicante que no dejaron de saludarles haciendo sonar sus cláxones.

Cada uno portaba una mochila con un chándal, saco de dormir, una tienda de campaña individual que ellos mismos fabricaron, un pantalón largo y utensilios de aseo. ´Con buen queso y mejor vino más corto se hace el camino´ dice el refrán y por eso uno de nuestros caminantes decidió llevarse una bota de vino de Jumilla. Además del libro de justificación de paso por cada ciudad no podía faltar en lo más alto de cada mochila un banderín con el escudo de Cartagena y otro de la Liga Naval Española. Para afrontar los gastos que pudieran tener contaban con una libreta de la Caja Postal de Ahorros, aunque el Centro de Iniciativas y Turismo de Cartagena les entregó unas credenciales para que les atendieran en cada pueblo o ciudad en la que estuvieran.

En cuanto a su actividad cada día tomaban un limón escurrido nada más levantarse y andaban quince kilómetros, luego desayunaban fruta, pan, leche o huevos y a la una y media hacían el almuerzo a base de alubias cocidas, garbanzos y de postre manzana o sandía. Como es natural cada cierto tiempo en la prensa local, e incluso en la nacional, aparecían referencias e informaciones sobre su viaje y fotografías de ellos en alguna ciudad de las que visitaban. Tras varios meses de esfuerzo, noventa y tres etapas y aproximadamente seis millones y medio de pasos llegaron a Cartagena el 2 de octubre. Pancartas de bienvenida decoraron la plaza de España, el mismo lugar que los vio partir, y cientos de personas junto con las autoridades municipales acudieron a recibirles y aplaudirles por el tremendo esfuerzo realizado.

Todo un ejemplo de superación el que dieron estos dos cartageneros andantes, Baltasar Escobar y Juan García, a cuya memoria va dedicada esta historia.