Las granjas de acuicultura de El Gorguel, donde la empresa Culmarex tiene su explotación de lubinas, han vuelto a sufrir un sabotaje como el que ocurrió hace año y medio en esta zona costera situada entre Escombreras y Portmán. Así lo denuncia la propia empresa titular de la explotación desde su factoría de Águilas. Culmarex aún no ha podido cuantificar el número de peces que han escapado de sus redes tras el boicot. Aunque eso sí, destacan que hay lubinas de todos los tamaños.

La empresa aguileña explica que pese a que reforzaron la vigilancia tras el asalto anterior, el pasado fin de semana volvieron a romperles las redes de cinco de sus jaulas de lubinas. «Sospechamos que son los mismos que las rajaron la última vez, porque han empleado el mismo modus operandi. De hecho, creemos que incluso han venido nadando desde la playa porque nuestros barcos de vigilancia no se percataron de nada», asegura uno de los jefes de la granja.

Culmarex ya ha denunciado los hechos ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. No obstante, según confirma la compañía acuícola, la Benemérita ya estuvo investigando lo que ocurrió hace año y medio y todo quedó en nada, ya que no se produjo ninguna detención.

La mercantil tiene un seguro que cubre este tipo de daños, aunque reconocen que se sienten muy desmotivados porque no es la primera vez que pasa y aunque la póliza acabará respondiendo a la larga, el sabotaje les genera pérdidas. «Se juega con el sustento de muchas familias que viven gracias a la producción de estas jaulas de peces», concluyen.

Mientras que unos pierden, otros ganan. Tal y como desvelan los propios oriundos de la zona, hay furtivos que se han ganado esta semana más de 2.000 euros sacando lubinas del mar y vendiéndolas en el mercado negro. Cuentan que algunos incluso han utilizado redes para sacar las lubinas del agua. Otros, se limitan a plantar su caña en la arena de la playa Larga o del Lastre de Portmán. Muchos de los 'cañeros' están en paro o son jubilados. Afirman que pescan por divertimiento o para sacarse unos euros con las lubinas. Comprarlas para su posterior venta o cocinarlas en bares o restaurantes es ilegal y acarrea fuertes sanciones.

El caso es que las lubinas vuelven a sacarse del mar 'a capazos' de la bahía unionense como ocurrió en diciembre de 2014. Sin embargo, el refrán «a río revuelto, ganancia de pescadores», no se cumple para la Cofradía de Cartagena. Allí, los profesionales del mar alertan de que estas lubinas que se han escapado comen cada día hasta tres veces su peso. «Ahora es la época de cría de muchas especies como la gallineta, el dentón, el pulpo o la corvina. Estas lubinas se están comiendo todos los huevos de estos peces, por lo que los caladeros están en serio peligro», lamentan los pescadores. Igualmente, desde la Cofradía piden que las autoridades controlen estas fugas porque esto provoca pérdidas de miles de euros para la flota cartagenera. Exigen también que la empresa Culmarex intensifique la vigilancia. Critican que sus barcos no controlan las jaulas cuando hay mala mar. La compañía anuncia que incrementará las medidas de seguridad.