Aumentar los niveles de compuestos beneficiosos para la salud de los frutos con un ahorro de agua, regular su maduración o crear nuevos envases para mejorar su calidad, son avances de los equipos de investigación de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT). Una de sus investigadoras, Encarna Aguayo, habla de sus avances.

¿Cuánto tiempo lleva dedicándose a la investigación de este tema?

Dieciséis años. En el año 2000, me incorporé al grupo de Postrecolección y Refrigeración adscrito a la Escuela de Ingeniería Agronómica de la UPCT.

¿Qué busca averiguar?

Queremos implantar innovaciones tecnológicas que contribuyan a la regulación de la maduración, conservación y preservación de la calidad de productos hortofrutícolas. Es un campo muy importante dado que la mayor parte de los productos hortofrutícolas son conservados durante un mínimo de 3-4 días llegando incluso a meses hasta que son comercializados en los supermercados. El agricultor conoce la importancia que tiene el seleccionar una variedad adecuada, que sea productiva, resistente a determinadas plagas y enfermedades; y es consciente de las técnicas de cultivo que debe aplicar, sin embargo, olvida que la fruta que cultiva se comercializará a miles de kilómetros del lugar de origen. Es aquí, donde las técnicas postcosecha juegan un papel fundamental tratando de optimizar la vida útil del producto.

¿Cómo se financian este tipo de investigaciones?

Somos los investigadores, organizados en grupos de investigación, los que presentamos nuestras ideas y propuestas a organismos públicos regionales (Fundación Séneca), estatales (Ministerio de Ciencia e Innovación) y europeos (fondos de la UE). Si el proyecto es lo innovador y aporta conocimiento a nuestra sociedad, el proyecto es seleccionado y financiado. De sobra conocido, los drásticos recortes regionales y estatales sufridos en investigación. Esto implica una pérdida de competitividad en el sector agroalimentario. Para nuestro grupo de investigación, la labor de transferencia empresarial es muy importante, y aquí, es la propia empresa la que financia esas investigaciones o la implantación de una determinada tecnología con un particular interés para esa empresa.

¿En qué consisten?

Por citar algunas investigaciones, hemos estudiado la influencia del riego deficitario en la calidad postcosecha del producto, el desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías en la maduración y postrecolección de fruta de hueso y uva de mesa, el desarrollo de técnicas sostenibles y emergentes en el procesado mínimo de hortalizas foliáceas tipo Baby, la extensión de la calidad y vida postcosecha de frutas y hortalizas mediante la aplicación de técnicas emergentes, etc.

¿Cuáles son los resultados qué han obtenido?

Los resultados difieren mucho del tipo de proyecto, como ejemplos podemos citar que la implantación de un riego deficitario controlado en nectarinas y melocotoneros extratempranos induce una respuesta en la actividad metabólica de los frutos, incrementando los niveles de compuestos beneficiosos para la salud como vitamina C, fenoles o antocianinas. El producto final adquiere un mayor valor funcional con el consiguiente ahorro de agua (hasta 2.000 m3/ha y año).

Otro campo de investigación ha versado en la optimización de técnicas postcosecha como el empleo de atmósferas controladas que ha permitido extender la vida útil de diferentes variedades fruta de hueso, reduciendo la pudrición y los daños por frío. También la implantación de sistemas de prerrefrigeración, como el hidroenfriamiento, muy poco utilizado en esta Región, pero ideal para lograr una rápida reducción de la actividad metabólica del fruto y la regulación de su maduración. La optimización de estas tecnologías nos ha permitido conocer el potencial postcosecha de un gran número de variedades de fruta de hueso y saber en qué mercados pueden comercializarse, ya que no es lo mismo exportar a países de la UE que otros nichos muy interesantes como Rusia, Sudáfrica o China.

Todo un logro...

Y también en otros campos, como otros resultados centrados en la búsqueda de desinfectantes sustitutivos al cloro, orientados fundamentalmente a la industria de productos procesados en fresco, donde hemos comprobado que técnicas como la radiación UV-C, la implantación de tratamientos térmicos, el agua electrolizada, agua ozonizada u otros compuestos químicos como ácido peroxiacético o antimicrobianos naturales proporcionan muy buenos resultados. En esta línea de productos procesados en fresco, nuestro grupo de investigación ha contribuido a la comercialización de frutas y hortalizas como periquetes de sandía o arilos de granada, mezclas de lechugas, entre otros. Se ha trabajado seleccionando la variedad, tipo de corte, proceso de desinfección y diseño de envase, tratando siempre de mantener la calidad sensorial y funcional del producto.

¿Qué beneficios esperan sacar de estas investigaciones?

Los beneficios son para el sector de la fruta de hueso, y como he mencionado anteriormente, queremos mejorar la competitividad de este sector siempre avalados por la investigación.