La actividad pesquera en nuestra ciudad, al igual que ahora, fue siempre muy intensa, por eso la historia de hoy nos lleva a recordar dos de las pescaderías municipales que hubo en Cartagena a finales del siglo XIX y gran parte del XX. Estos locales eran importantes para el abastecimiento de pescado a la población, de ahí que su ubicación estuviera cercana al centro histórico, y por supuesto al puerto.

La primera de ellas se encontraba adosada a la muralla de Carlos III, próxima a las desaparecidas Puertas del Muelle, y junto a ella estaban los edificios de Capitanía del Puerto y Sanidad Marítima. Era la época en la que el mar llegaba al espacio que actualmente ocupa el monumento a los Héroes de Cavite y Santiago de Cuba, y allí tenían su ubicación un varadero y la dársena de botes. En su fachada principal realizada con ladrillo visto destacaban cinco amplias puertas de rejería artística coronadas por arcos de medio punto. Hasta aquí llegaba por las mañanas el pescado que se exponía en unas mesas de mármol, se subastaba y los canasteros los recogían con sus canastas para proceder a su venta.

Aprovechando la celebración de la tradicional Feria de Verano se estableció en 1888, en un rincón de la Pescadería, un servicio de restaurante con bebidas que hizo las delicias del público. No faltaron noticias de escándalos como el ocurrido en 1895 cuando varios peces de los llamados marrajos, tras quitarles la cabeza, fueron vendidos como emperadores, o en 1898 cuando el mismísimo alcalde se personó en la pescadería acompañado de policías y comprobaron que varios de los vendedores utilizaban pesos y pesas no aptos para su uso.

Si bien la vieja Pescadería sobrevivió a la destrucción de las Puertas del Muelle y al paño de muralla cercano a la misma, se supo que tendría sus días contados cuando el Ayuntamiento decidió emprender la construcción del nuevo y flamante Palacio Consistorial que se inauguraría en 1907. Poco a poco todos los edificios que ocultaban su visión fueron eliminados, y el 3 de abril de ese mismo año se podía leer en la prensa local que al día siguiente la Pescadería sería derribada.

Tras unos años de ubicación temporal en el muelle de Alfonso XII, aunque también quisieron moverla a la Cuesta del Batel, por fin el mes de octubre de 1912 quedaba inaugurada en la calle Real la nueva Pescadería. Un inmueble cuyo proyecto inicial fue realizado por el arquitecto municipal Tomás Rico, pero que al fallecer éste ese mismo año sería finalmente obra del también arquitecto municipal Francisco de Paula Oliver Rolandi.

Llama la atención el hecho de que se salvaran del derribo dos de las artísticas rejerías de las puertas de la antigua, las cuales fueron colocadas en la nueva. Veinte años después de su inauguración el espacio era insuficiente y se le encargó al arquitecto municipal Lorenzo Ros un proyecto de ampliación que finalmente no fue realizado. Como curiosidad contar que algunas de las pesas utilizadas en la pescadería fueron compradas en la desaparecida ferretería de la calle del Duque ´El Candado de Bronce´.

También, como dato interesante, contar que un día cualquiera en 1940 se podían vender casi dos toneladas de pescado de las que la mayoría era pescado variado. Pero como antes mencioné el espacio era insuficiente y finalmente, a principios de los años cincuenta, la pescadería municipal se trasladó a la zona de los Caños en Santa Lucía y el edificio fue adaptado para ser destinado a Parque de Bomberos en 1956.