Joaquín Ortega Martínez, el pregonero de la Semana Santa 2016, esbozó ayer durante su intervención en el Teatro Circo los diez días de la Semana Santa de Cartagena que acaba de comenzar en la que recordó a los cofrades fallecidos Elías Hernández y Pencho Madrid, ensalzó el papel de la mujer «pilar maestro en nuestras procesiones» e incluso recordó su participación como concejal -en la Corporación de 1979 a 1983- en la procesión del Viernes Santo, y lanzó un sutil dardo a Podemos.

«El Sepulcro atraviesa las calles de Cartagena, ante espectadores que se alzan en pie en señal de respeto, con la escolta del alcalde y de la Corporación municipal, que es como si llevara la escolta de todos los cartageneros (...). Quiero decir muy alto que como concejal participé en su momento en esa escolta; y que me sentí honrado con ese privilegio, no ya como procesionista, sino como cartagenero. Dicho quede», argumentó, en alusión a la ausencia de los ediles del grupo municipal CTSSP (Podemos), ayer en el cortejo municipal del Viernes de Dolores, y a su negativa a participar en la procesión del Viernes Santo.

Ortega también agradeció al obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, presente en el escenario del Teatro Circo, junto con los hermanos mayores de la cofradías de Semana Santa, «sus desvelos en la revitalización de la derruida iglesia de Santa María la Vieja, conocida como Catedral Antigua».

Asimismo, el pregonero destacó la figura del apóstol Santiago quien fue «el primer pregonero en Cartagena, ya que según la tradición, llegó a la ciudad para traer a España la luz del Evangelio». Ortega recordó a los presentes, entre los que se encontraban la presidenta de la Asamblea, Rosa Peñalver, la consejera de Cultura, Noelia Arroyo, el presidente del Puerto, Antonio Sevilla, el Almirante de Acción Marítima, vicealmirante Manuel de la Puente, entre otras autoridades civiles y militares, y multitud de cofrades, que la Semana Santa «es liturgia en la calle. No es una fiesta, en el sentido banal del término. Huyamos de encuadrarla en un marco de ocio y vacaciones, de venderla como mero reclamo turístico».

También señaló la «rivalidad de siempre entre californios y marrajos, y ahora entre las cuatro cofradías, entendida como acicate para llegar más alto y no con la disputa o algarada» y recordó un año en que infringió el reglamento para mirar al Ecce Homo «porque aquel Jueves Santo llovía barro y me encontré a un nutrido grupo de marrajos encaramados al trono cubriéndolo con plásticos para proteger nuestro patrimonio».

Tras el pregón, que fue muy aplaudido, el alcalde José López le entregó el escudo de oro de la ciudad. A su vez, Paqui Bueno, la Nazarena Mayor recordó al fallecido Juan Jorquera «quien a mis 18 años me invitó a que saliera en la procesión del Cristo del Socorro» y agradeció muy emocionada a la junta de cofradías su decisión. Invitó a los presentes a vivir la Semana Santa «con plenitud» y fue aplaudida por el público cuando nerviosa traspapeló un folio.