Cartageneros, de nuevo os encontráis, un año más, ante la imagen de Jesús de Medinaceli en este primer viernes del mes de marzo, fecha señalada del calendario en el que se lleva a efecto, desde hace muchos años, el tradicional Besapié a su sagrada imagen. La cuaresma es tiempo de conversión, y los estilos de antaño se describen incómodos en una sociedad nueva, despejada por otras modas que van poniendo sus deberes (?), pero el mensaje cristiano se mantiene, aunque tenga que buscar nuevas formas. Hoy, la conversión cuaresmal tiene una palabra que se nos va introduciendo en lo más íntimo de nuestra fe: 'Misericordia'.

A nadie escapa que corren tiempos difíciles para los cristianos pero, precisamente en este especial 'Año de la Misericordia' convocado por el Papa Francisco, debemos dar muestras incesantes de nuestra fe y volcarnos con tenacidad y generosidad hacia nuestros hermanos más desfavorecidos, necesitados de consuelo, perdón y esperanza (?), y con ese ánimo dispongámonos a visitar a Jesús de Medinaceli en su preciosa capilla de la iglesia de Santa María de Gracia y a participar en los actos organizados por la Asociación Piadosa a lo largo de tan entrañable día, siempre esperado y vivido con intensidad por el pueblo cartagenero. La cuaresma de este año, más que ninguna otra, nos está impulsando no tanto a enfocarnos hacia las penitencias personales, renuncias y austeridades corporales, ya fácilmente olvidadas y a veces injustamente denostadas, sino a situarnos en una nueva actitud en nuestra relación con los demás. Descubrir una cuaresma de misericordia es como atreverse a introducirse en el corazón de Dios.

Jesús de Medinaceli, en este día de su tradicional Besapié, te ofrece esa oportunidad. No dejes de visitarle. En esa mirada compasiva y misericordiosa que recibirás no dudes que te está animando a abrir tu corazón al amor, a que tus manos sean capaces de dar y a que tu casa sea nido de hospitalidad.Como hizo el Papa Francisco, que abrió la Puerta Santa, desde estas líneas la Asociación Piadosa de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli te anima, cartagenero, a que traspases la puerta de su capilla y puedas experimentar el amor de Dios que consuela, perdona y ofrece esperanza.