Son las seis y veinte de 1916 y, en la plaza de San Sebastián, el director del Gran Hotel, Basilio Irueta, y el arquitecto Víctor Beltrí, aguardan inquietos la llegada del alcalde de Cartagena para inaugurar el nuevo edificio. Entonces, García Vaso, el regidor llegó a su hora, pero ayer -un siglo después- el alcalde José López se hizo de rogar y llegó más tarde a la reinauguración del majestuoso edificio modernista iluminado para la ocasión.

Ataviado con capa y chistera, López se bajó de un coche de época en la confluencia entre la calle Jara y la plaza de San Sebastián, repleta de público expectante. Sobre una tarima la banda de Infantería de Marina preparada interpretó un pasodoble antes de que Irueta y Beltrí saludaran al alcalde. En los balcones del Gran Hotel, dos doncellas nerviosas por el acontecimiento chismorreaban, igual que lo hizo el público que presenció el acto. López animó a los cartageneros «a divulgar la historia de Cartagena» y «a revivir con orgullo este Año del Modernismo», dijo.