Me he acercado a la Casa del Folclore de La Palma a tomarme un café con Pedro Gómez García, presidente del grupo folclórico Ciudad de Cartagena y subdelegado en la Región de la Federación Española de Agrupaciones de Folclore. Me he encontrado a todo el grupo en plena faena ante la nueva edición de su Café Cantante, una maravillosa ocasión para acercarse a las Fiestas Patronales que, en honor a Santa Florentina, celebra esta diputación.

La casa es una visita obligada para los enamorados de la cultura, las tradiciones y la etnografía de la comarca. Es una casona de 1889 que, con ayuda de los fondos PRODER de la Unión Europea, fue adquirida y restaurada por el grupo folclórico, que le ha echado muchas horas de trabajo y mimos. Hoy luce espléndida, con su antiguo ladrillo visto de la fachada y sus interiores que conservan los muebles y materiales antiguos, las cómodas y alacenas, las vigas y colañas, el suelo de barro, el patio, la bodega y las caballerizas. Todo un museo vivo que sirve de lugar de encuentro para la cultura tradicional del Campo de Cartagena, un referente para el folclore nacional y el mejor escenario para esta maravillosa experiencia del Café Cantante, que conjuga música, gastronomía, arte, folclore, flamenco y, sobre todo, placer para los sentidos.

Los cafés cantantes se prodigaron en España desde el siglo XIX hasta mediados del XX. Eran locales donde se bebía y, a la vez, se disfrutaba de bailes y espectáculos. En nuestro país y también en Cartagena y, sobre todo, en La Unión, sirvieron para promocionar bailes y músicas como la zarzuela, la jota y el flamenco, toda una cultura que los amigos de La Palma han recuperado, puesto en valor y mantienen viva.

Por el Café Cantante de La Palma han pasado en los últimos 26 años primeras figuras como Amancio Prada o Martirio, que han hecho las delicias de los presentes y que se han ido enamorados del entorno y del público. Me cuenta Pedro que Martirio se quitó, por primera vez en un espectáculo, sus famosas gafas de sol para cantar Ojos verdes, inaugurando así una nueva etapa en su vida artística. Este año el plato fuerte musical será Carmen Linares, que actuará el viernes 11 de marzo. Otras actuaciones serán la de Stolen-Noemi Fuentes, El Sitio de mi Garaje, Esenzia y Kar P Diem. Un programa completo que también incluirá la presentación del cartel anunciador del XXIV Festival Nacional de Folclore en la Comarca de Cartagena, obra del artista local, y ya internacional, Pérez Casanova.

Los otros platos exquisitos que se saborean en estos días en el Café Cantante son los tradicionales de la zona rural, el vino de la tierra y los guisos de la abuela y las imaginativas creaciones y tapas de los vermusicos en la olivera y las lujurias gastronómicas como los lunares coloraos, los bordesicos, los olegarios, la mala follá, las babiecas, los mordíos, etc. Esta experiencia se hace aún más inolvidable porque cada año la carta menú es un prodigio de la imaginación y el arte de Pedro el presidente: Un plumier, un bolillo, una paleta de pintor, una pizarra... realizados de manera artesana.

La agrupación palmesana ha llevado el nombre de Cartagena por Francia, Italia, Cartagena de Indias en Colombia, Portugal, Túnez y, por supuesto, por toda España. En septiembre participan en el Festival de Folclore de Zamora. Reconoce Pedro que, pese a ser muy queridos en nuestra tierra, son más reconocidos fuera de la Región. Actualmente el grupo está formado por 60 miembros, a los que hay que sumar otros tantos de la Escuela que dirige un profesor de música y dos de baile. Esta inmensa labor de recuperación del patrimonio folclórico ha hecho que los palmesanos hayan recogido multitud de premios y reconocimientos, también a su anterior presidenta: Florentina Moreno.

La Palma, desde hace siglos, es un maravilloso cruce de caminos, un oasis entre la historia, la cultura, el paisaje y las buenas gentes, un imprescindible punto de encuentro entre el campo y la ciudad al que hay que acudir estos días mágicos del café cantante.