Encajada en una agenda repleta se desarrolla esta entrevista con Carmen de la Fuente, la nueva fiscal jefe de Área de Cartagena tras la marcha de Verónica Celdrán. Apenas ha pasado un mes y medio desde su toma de posesión, pero parece como si ocupase ese sillón desde siempre.

Lleva apenas un mes y medio en el puesto (30 de noviembre), ¿se ha echo ya con las riendas?

Eso espero. Es cierto que ha sido un mes y medio muy intenso de trabajo, porque primero había que comprender la dinámica de la Jefatura, que no tiene nada que ver con lo que es llevar un juzgado de Instrucción o Primera Instancia, sino que uno tiene que tener una visión global. De todas formas hablamos de una Fiscalía muy bien organizada, con un reparto de trabajo equitativo y gente muy capacitada e ilusionada por trabajar aquí.

¿Qué destacaría del trabajo de su predecesora?

Sólo puedo decir cosas buenas. Creo que generó una dinámica organizativa que puede parecer que no, pero es lo que influye en los procesos y en que se trabajen a conciencia. Su segundo logro ha sido garantizar una unidad de criterio, siguiendo los parámetros de la Fiscalía General del Estado, con lo que se ha conseguido que los fiscales den una respuesta similar para idénticos problemas y eso transmite a la ciudadanía seguridad jurídica. Además, ha seguido las indicaciones de la Fiscalía, pero un paso por delante, sobre todo en la especialización de los fiscales. El cuarto logro sería abrir la Fiscalía a cada ciudadano o profesional de la justicia para cualquier consulta, lo que también humaniza la Justicia y facilita la colaboración entre profesionales.

¿Cuáles son sus objetivos para los próximos años?

Los primeros pasos que hemos dado han sido designar los fiscales para especializaciones que aún quedaban sin asignar. También, marcadas por las novedades legislativas, otro reto es el impulso del 'papel 0', que está entrando progresivamente. Estamos cambiando la estructura de trabajo en materia de recepción de las notificaciones y de envío de los escritos de modo que todo esté digitalizado. Va lento, pero estamos en el proceso. Por otro lado está la Ley de plazos. La previsión es que antes del 6 de junio tengamos resueltos los procesos abiertos y en eso trabajamos desde la Fiscalía así como desde los juzgados. Una cuantificación inicial habla de 3.600 procedimientos. Es cierto que tiene consecuencias sobre el trabajo que sigue entrando y en la práctica se traduce en un esfuerzo de horas de trabajo, dedicación, redistribución de dinámica de trabajo...

¿En qué estado se encuentra la Justicia en Cartagena?

El proceso judicial nunca es lo suficientemente ágil como la ciudadanía puede esperar, pero no tanto porque haya un retraso por número de profesionales, de juzgados o de la carga de trabajo, que en ocasiones sí que es así, pero también tiene que ver con la propia dinámica procesal, por la intervención de todas las partes y todas las posibilidades de las que disponen. Todo esto contribuye a que vaya lento. El gran reto es una concepción del proceso judicial que permita una mayor agilización para adoptar resoluciones quizá más rápidas sin vulnerar derechos de los ciudadanos en aquellos casos que sean más sencillos y permitir el mayor estudio en los más complejos.

¿Cree que la plantilla de la Fiscalía es suficiente para hacer frente a todos los asuntos que genera el Partido Judicial?

Actualmente somos 14 y tenemos un fiscal ya asignado de refuerzo. La Fiscalía General nos pidió que diéramos datos de la carga de trabajo y en función de eso decir cuál creíamos que era el número de fiscales adecuado. Le remitimos la necesidad de un mínimo de dos fiscales más. En la práctica, es cierto que ahora mismo hay un fiscal por cada juzgado de Cartagena y San Javier, pero no sólo llevamos esa carga de trabajo sino que cada vez aumentan los ámbitos de intervención de la Fiscalía, que junto a ese proceso de especialización provoca que necesitemos más personal.

¿Qué opina de los Juzgados actuales? ¿Son suficientes?

La primera propuesta que siempre está encima de la mesa es la creación de un segundo juzgado de Familia. Actualmente el que hay tiene una carga de trabajo muy superior en ratio a otros juzgados de familia de España. Por eso, en una materia tan sensible, creo que sería muy conveniente la creación de un segundo juzgado que permitiera la celebración de juicios y la adopción de medidas cautelares antes. Provocaría mejorar la calidad de vida de la gente y que los niños sufran lo menos posible en casos de separación o divorcio, por ejemplo. En San Javier haría falta dividir las jurisdicciones y que los juzgados pasaran de mixtos a de Primera Instancia y de Instrucción.

¿Hace falta una Ciudad de la Justicia?

El Palacio de Justicia se ha quedado pequeño. La propia Fiscalía estuvo concebida para que hubiera un despacho por cada fiscal, cuando ahora se comparten y no hay más espacio físico. Y eso se traslada a la dinámica general de los juzgados, que muchas veces tienen dificultades para poder compatibilizar señalamientos por problemas de sala donde celebrar los juicios. Es necesaria una infraestructura que permita mayor accesibilidad a todos los órganos judiciales y creo que estar en un mismo lugar.