El grupo andaluz Abengoa baraja vender su filial de Bioenergía para salvar entre otras empresas su fábrica de Ecocarburantes en el valle de Escombreras. Fuentes del sector confirmaron a esta Redacción que la compañía está trabajando en su plan de viabilidad, por lo que se están estudiando caso a caso sus más de 250 proyectos en los más de 50 países en los que está presente. Las mismas fuentes indicaron que «todas las decisiones se tomarán protegiendo los principales intereses de la compañía y su viabilidad a largo plazo» y añadieron «que la planta de Cartagena no se ha visto afectada por ningún ajuste».

Sin embargo, según publicó esta semana elEconomista.es, la compañía, que tiene una plantilla de 79 trabajadores en Cartagena, ha puesto en marcha la venta de su filial Abengoa Bioenergía, por la que ya ha recibido ofertas y pretende ingresar alrededor de 1.000 millones de euros, y confía en cerrar el traspaso de algunas plantas en España, Oriente Medio y Alemania, así como inmuebles y suelos, por un importe cercano a los 150 millones de euros.

La actual directiva trabaja para cerrar desinversiones con las que completar los créditos concedidos por bancos acreedores y bonistas y hacer así frente a las necesidades de liquidez ordinarias. El grupo andaluz negocia el traspaso de su participación a sus socios en algunas plantas de España, Alemania y Oriente Medio. Entre las posibles ventas figuran dos plantas de coogeneración y un hospital en Brasil, las desaladoras de Ghana, plantas solares en Sudáfrica, Abu Dhabi, Chile o Argelia, líneas eléctricas en Perú, una central de agua en Estados Unidos, un parque eólico en Uruguay, una planta de cogeneración y un ciclo combinado en México o instalaciones fotovoltáicas en España.

Todas estas ventas y la salida de determinados países tendrán consecuencias sobre la masa laboral de Abengoa, que en las últimas semanas ha prescindido de unos 5.000 empleados temporales, de los más de que 24.000 que tiene en todo el mundo. No obstante, el grupo andaluz, que no vislumbra al menos hasta después de su reestructuración la entrada de un socio, descarta en su plan de viabilidad ajustes de plantilla severos.

Abengoa anunció a finales del pasado noviembre un preconcurso de acreedores, el mayor de la historia de España, tras la retirada del grupo industrial Gonvarri del acuerdo para entrar en el capital de la compañía sevillana y la imposibilidad de lograr el apoyo financiero de la banca. Tras este anuncio las acciones del grupo andaluz sufrieron el mayor descenso del Ibex 35, con una caída del 53,8%, el enésimo desplome de 2015, un año de fuerte volatilidad que acompañó las crecientes dudas sobre su capacidad para hacer frente a sus pagos.

Los problemas financieros del grupo se iniciaron en 2014 cuando, en las cuentas de los nueve primeros meses, Abengoa publicó unos datos de deuda que levantaron dudas entre los analistas, lo que derribó su acción un 18% el 13 de noviembre, y un 58% al día siguiente. Tras varios vaivenes, la firma anunciaba que había llegado a un acuerdo con Gonvarri por el que éste entraba en el capital con 350 millones de euros de inversión, lo que le daría el 28% de los derechos de voto. La operación se desbarató al no encontrar Gonvarri financiación bancaria para hacer frente a la operación, lo que hizo que Abengoa se viera abocada al preconcurso de acreedores para refinanciar su deuda. En total, la firma andaluza reconoce una deuda bruta consolidada de 8.903 millones de euros, y el plan de viabilidad que prepara Álvarez&Marsal contempla una reducción de la deuda que oscila entre el 60 y el 80%, en función de las condiciones, aunque su objetivo es llegar a un importe inferior a 3.000 millones.

A nivel local, la factoría de Escombreras ya solicitó al ayuntamiento de Cartagena el aplazamiento del pago del Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Fulgencio Andreu, portavoz sindical de la Unión General de Trabajadores (UGT) en Cartagena afirmó rotundamente a finales del pasado año que, al margen de los problemas económicos de la multinacional, la planta de producción de etanol de Cartagena es «rentable al 100%». El sindicato pide que el Gobierno tome medidas al respecto e intervenga a nivel estatal para incentivar a Abengoa.

El plan de viabilidad ha pasado por analizar y clasificar uno a uno todos los proyectos de la compañía, en función de su generación de ingresos y rentabilidad, y ver hasta dónde y qué cosas conviene vender de cara a una reestructuración que evite el concurso. Este plan contempla acabar con algunos productos que sólo lastran a la compañía, aunque tiene como 'línea roja' mantener la tecnología, la investigación y la innovación.

El plazo vence el 28 de marzo

Abengoa quiere llevar ese plan de viabilidad, que tendrá que ser consensuado con los acreedores, a su consejo de administración el 27 de enero. Una vez acordado ese plan, iniciará las negociaciones para la reestructuración de su deuda, que tendrán que cerrarse antes del 28 de marzo, cuando vence el plazo legal del preconcurso de acreedores que solicitó en 2015.