Sostiene que «el budismo aporta las herramientas necesarias para ser felices y que tiene métodos que nos ayudan a alcanzar nuestros objetivos en la vida». Joan Paul Pozuelos sostiene que la fortaleza del budismo radica en que no es una religión, sino una disciplina «que puede ser comparada con la ciencia». Hoy dará una charla en el Museo del Teatro Romano para acercar este método a los ciudadanos.

¿En qué basará su ponencia en Cartagena?

Se centrará en el budismo, que sirve de herramienta efectiva para entrenar nuestro cerebro y lograr ser más felices. Y es que, la naturaleza del budismo radica en que no es sólo una religión, sino un método que podemos comparar con una ciencia, ya que se plantea una idea, te da un método experimental para alcanzar esos objetivos y si lo sigues llegarás a buen puerto.

¿Cómo nos puede ayudar el budismo en lograr nuestros objetivos?

Lo principal que nos ayuda a entender es que todo depende de unas causas. Lo dicen hasta las leyes de la Física: Toda acción tiene una reacción. De la misma forma se aplica a la vida. Si pretendemos ser felices hay que sentar las bases para lograr esa felicidad. Aplicando los conceptos a nuestra vida, cambiará para mejor. Tenemos que saber que todo en la vida cambia. Puede ser un pensamiento pesimista, pero nada dura para siempre, así que lo mejor que podemos hacer es gozar las cosas mientras que se tienen, para no sufrir cuando se acaben o ya no las tengamos. Existen condicionantes que nos impiden disfrutar y es algo que el budismo te enseña a detectar y controlar.

¿Cómo detectarlo?

El budismo nos enseña quiénes somos y cuál es nuestra verdadera naturaleza y así nos damos cuenta del potencial que tiene nuestra mente y de que podemos utilizarla para ayudar a los demás. A través del budismo vemos que las cosas son relativas según el punto de vista de quién las analiza y que es fácil de entender que hay cosas que vemos que no se corresponden con la realidad, sino a un punto de vista condicionado que nos puede causar sufrimiento. Si aprendemos a dominarlo el primer paso para la felicidad ya está dado.