A la venta, una edición de 1876 del libro El caballero relámpago, obra de 1853 del autor granadino Ramón Ortega y Frías. Lo que puede sonar a un anuncio de una tienda de antigüedades para coleccionistas es uno de los artículos que se pueden encontrar en el rastrillo de Cáritas situado en la calle San Francisco, en los bajos de la antigua tienda Balibrea.

Y todo gracias a ocho voluntarias que trabajan de forma desinteresada en esta labor solidaria y a las donaciones de los ciudadanos, que entregan aquellos artículos de los que quieren desprenderse para que luego el rastrillo los ponga a la venta a un bajo precio para recaudar fondos que luego destinan a ayudar a los más necesitados.

Y es que, el rastrillo, gestionado por voluntarias de la parroquia de Santa María, tiene por objetivo poder ayudar a las personas que acuden a la iglesia en busca de ayuda, ya sea económica o social, como el pago de facturas, la formación a través de cursos o la docencia a pequeños a través de clases particulares en la parroquia.

El horario de apertura se ha fijado en función de la disponibilidad de las voluntarias, que compaginan sus quehaceres laborales y diarios con el rastrillo. Así, de lunes a viernes se puede visitar la tienda de 11.00 a 13.30 horas por las mañanas y de 17.00 a 20.00 horas en horario vespertino, aunque las propias voluntarias afirman que los sábados también suelen abrir, cuando tienen libre.

Sobre los artículos que se pueden donar y que se venden en el rastrillo, tan sólo ponen una condición: «Que quepa en la tienda». De esta forma, el interesado puede encontrar desde complementos como pulseras, bolsos, anillos o bufandas; hasta ropa, menaje de hogar, elementos decorativos, electrodomésticos o libros, entre los que se esconden joyas como la obra de Ortega y Frías o manuales técnicos de gran valor coleccionista.

Un local sin coste

El rastrillo lleva en su nueva ubicación apenas medio año, desde que dejara su antiguo emplazamiento en el bajo de la calle del Aire que se encuentra junto a la cofradía california y la iglesia de Santa María. Ahora se ubica en los bajos de la antigua tienda de bolsos Balibrea, en la calle San Francisco, esquina con la plaza de San Ginés.

El local se lo ha cedido el gerente del antiguo comercio Víctor Balibrea, sin pedir nada a cambio. El colectivo de Cáritas Santa María tan sólo se hace cargo del pago de la luz y el agua del bajo. Asimismo, la empresa de reformas Restauralia ha sido la encargada de adaptar el comercio a los usos que requiere el rastrillo, también de forma desinteresada.

Si no hay cambios, la tienda permanecerá abierta hasta el próximno 12 de mayo y se prevé que para el último trimestre del año, en el mes de noviembre, vuelva a abrir para seguir recaudando fondos para ayudar a los más necesitados.