La diputación de Campo Nubla volvió ayer a ser el epicentro de la tradición y la devoción con la celebración de la Romería del Cañar, donde ciudadanos y feligreses honraron a la Virgen de la Luz, patrona de Tallante. Pese a que el día estuvo condicionado por un fuerte viento, la imagen volvió a ser testigo de la devoción y la fe de cientos de personas que la acompañaron durante todo el recorrido, en una cita organizada por la Federación Vecinal, en colaboración con el Ayuntamiento, las juntas vecinales de Isla Plana y Perín, y la concesionarias municipales Alsa, Lhicarsa e Hidrogea.

Fue a primera hora de la mañana cuando, tras una misa en la iglesia de Tallante en su honor, a la que siguió una gran chocolatada con bollos, la talla de la Virgen de la Luz partió en romería acompañada por los participantes. Y es que, al concluir el desayuno, los romeros comenzaron su andadura hacia el Rincón de Sumiedo, donde se incorporaron más devotos para continuar la ruta hacia El Cañar.

Un recorrido que, al contrario que el pasado año, cuando los ciudadanos y feligreses disfrutaron de un tiempo plácido, contó con un fuerte viento que protagonizó parte de la jornada. Aún así, como es habitual, romeros y participantes disfrutaron en El Cañar de una jornada de convivencia, junto a los simpatizantes.

Tras una recepción de la Virgen a caballo, se llevó a cabo una misa en el paraje natural, a los pies de Peñasblancas, que dio un fondo singular a la cita romera.

En la ermita del Cañar se celebró una misa al mediodía y las cuadrillas de diversas localidades de la zona oeste del municipio actuaron mostrando la tradición de sus pueblos.

Tras la comida, ya por la tarde, y tras regresar de El Cañar, tuvo lugar el canto de la Salve en la plaza de la Iglesia de Tallante, donde regresó la Virgen de la Luz después de una jornada en la que volvió a brillar en los rostros de los ciudadanos que acompañaron a la imagen durante todo el día.

El fin de fiesta, como suele ser habitual lo puso una merienda en torno a las seis de la tarde, aunque fueron muchos los ciudadanos y romeros que permanecieron en la localidad cartagenera para alargar la jornada.

Todo un chef a la guitarra

Como ya habían anunciado, el alcalde de la ciudad, José López, y la vicealcaldesa Ana Belén Castejón participaron en la Romería del Cañar desde los primeros pasos. Ambos, según los propios romeros y simpatizantes, quisieron mostrarse activos en todas las actividades desarrolladas.

De hecho, López no dudó en ponerse el delantal y formar parte de los equipos que elaboraron las paellas que sirvieron de avituallamiento para los ciudadanos en la rambla del Cañar. De igual forma, el regidor sorprendió a los asistentes sumándose a las cuadrillas guitarra en mano, disfrutando en todo momento tanto los participantes como las propias autoridades municipales.