Han cometido al menos cuatro asaltos por toda la comarca de Cartagena en menos de 24 horas. Policía y Guardia Civil ya han estrechado el cerco sobre esta peligrosa banda de atracadores que protagoniza la oleada navideña de robos. Un vendaval que, como confirman los propios agentes de la ley y el orden, se ha convertido ya en una tradición por estas fechas del año.

Sus fechorías comenzaron la noche del 30 de diciembre en un salón de juegos de Roldán. Desde entonces, a tenor del modus operandi y las descripciones que pronuncian quienes han estado en el punto de mira del cañón de las pistolas de pequeño calibre que portan, han perpetrado robos con intimidación en establecimientos y negocios de todo tipo. Atracan de manera indiscriminada tanto burdeles como supermercados de pueblo.

Tratan de no hablar mucho cuando entran en acción para que su voz sea difícilmente identificada y todos sus robos han sido a bordo de un coche de lujo de gran cilindrada. El vehículo, de fabricación relativamente moderna, fue sustraído el mismo día que desvalijaron la banca del local de apuestas pachequero. Allí entraron pistolas en mano, al igual que hicieron minutos más tarde en un burdel de Molinos Marfagones.

El compinche del Whatsapp

La celebración de las ´pre-uvas´ se les atragantó a las chicas del club de alterne instantes antes de descorchar una botella de champán. «El negocio cerraba el día 31 y el de Año Nuevo, por eso decidimos festejar 24 horas antes el 2016», señala uno de los camareros del local nocturno.

Las agujas del reloj del burdel pasaban de las once de la noche del día 30 cuando un hombre sentado junto a la barra no paraba de mirar su móvil y mandar mensajes a través de la aplicación de mensajería Whatsapp. «El chico estaba muy nervioso, estuvo esperando aquí a que la gente se fuera del local para avisar a sus compinches», relata el barman del establecimiento.

Esta persona de origen árabe llegó incluso a esconderse con una de las mujeres en una habitación. «Fue todo muy raro, siguió mandando mensajes, quería pasar desapercibido y ganar tiempo», sostienen. Mientras tanto, a las doce menos veinte de la noche, un lujoso vehículo entró en el aparcamiento del burdel. De él se bajaron todos sus ocupantes menos el conductor, iban con la cara descubierta.

A pocos metros de llegar a la entrada se taparon el rostro y abordaron al portero del club con una pistola. Otro de ellos bloqueó la recepción de la casa de citas y el último se dedicó a coger todo el dinero que pudo. De Molinos Marfagones se llevaron unos 5.000 euros, más el botín acumulado del robo perpetrado minutos antes en Roldán. Fuentes policiales confirman que su modus operandi pasa por ser siempre tres los que atraquen y que uno se quede con el coche listo para iniciar la huida.

Esta forma de actuar se repitió también la tarde del 31 de diciembre (Nochevieja) en un supermercado de La Aparecida. Eran las siete y cuarto de la tarde cuando sus dueños estaban ya prácticamente echando el cierre para irse a celebrar el fin de año en casa. «Entraron tres hombres con la cara tapada y sólo gritaron: ´Al suelo´», señala el tendero. La policía subraya que son los mismos autores de los robos de Roldán y Molinos Marfagones e, incluso, que iban en el mismo vehículo utilizado en los atracos del día anterior.

Ladrón ´cazado´

En La Aparecida entraron también con pistolas, aunque de allí no rascaron ni un mísero euro. «Se pensaban que estábamos solos en la tienda y cuando empezaron a ver salir gente del almacén huyeron a la carrera», detalla uno de los presentes. Unos cinco allegados de los propietarios del pequeño comercio irrumpieron sobre los malhechores con el afán de abalanzarse sobre ellos pese a que los atracadores iban armados con varias pistolas de pequeño calibre.

Su infructuoso robo en el pueblo cartagenero les llevó directamente hasta una estación de servicio de Baños y Mendigo, que fue atracada sobre las ocho de la tarde por la misma banda. Sumando así su cuarto asalto en menos de 24 horas. En ninguno de ellos hubo daños o uso de fuerza sobre sus víctimas, aunque la policía desvela que los atracadores llegaron a disparar una vez su pistola de modo intimidatorio. No obstante, se desconoce en cuál de estos cuatro robos apretaron el gatillo.

Al margen de esto, la madrugada del viernes, ya pasadas las uvas, fue asaltada una casa de campo en la diputación de La Aljorra. No había nadie en su interior cuando se produjo el robo. Los ladrones se llevaron electrodomésticos, joyas y escopetas de caza. En la zona del litoral los vecinos de Los Belones sorprendieron la madrugada del jueves a dos personas subidas en lo alto del tejado de la iglesia del pueblo con la intención de acceder al interior del templo. Guardia Civil y Policía Local de Cartagena han intensificado la vigilancia en el pueblo cartagenero.