El botelleo ya está estabilizado en Cartagena y no evoluciona más porque todo el mundo lo hace», aseguró ayer la presidenta de la Asociación de Hosteleros de Cartagena y Comarca (Hostecar), Francisca Naranjo, quien aseguró que «el negocio del botelleo no paga impuestos y se va trasladando de zona porque la Administración lo consiente». En opinión de Naranjo si no existiera el botelleo en el municipio se podrían abrir 30 ó 40 establecimientos de hostelería más en Cartagena que crearían puestos de trabajo y añadió: «Utilizar como escudo que son jóvenes con pocos recursos económicos que no pueden pagarse las copas ya no vale porque al botelleo acude gente de todas las edades y con distintos presupuestos. Incluso hay furgonetas de los chinos que venden las bebidas en la zona para que la gente no vaya cargada con los paquetes».

En este sentido, Naranjo avanzó que no piensa adherirse al Pacto por la Noche que el Gobierno municipal quiere poner en marcha con varios colectivos implicados en este asunto. «Llevo 20 años participando en mesas y pactos y nunca nadie ha tenido voluntad de erradicar el botelleo. No tengo tiempo para eso y el que dispongo lo destino a cosas más productivas», apostilló la presidenta de Hostecar.

Respecto a cuál es, en su opinión, la fórmula para acabar con el botelleo, señaló: «Son todos profesionales, tanto los técnicos como los policías y saben perfectamente lo que tiene que hacer, y si no pueden hacerlo será por causas que yo desconozco». De este modo, Naranjo mostró el rechazo del sector ante este fenómeno que «sí se ha erradicado en otras ciudades. Cuanto más mezclan, más botelleo hacen y más borrachos mejor, y eso es perjudicial para la hostelería y la Administración no lo debería permitir».

Por otra parte, la presidenta de Hostecar se mostró convencida de que las fiestas de Nochevieja de este año «cumplen todas las normativas creo» y añadió: «Muchos clientes nos preguntan si la fiesta en la que le regalan un montón de cosas es un timo o es legal porque una vez que compran la entrada no tienen donde reclamar. Siempre les pregunto si el local está abierto siempre o sólo para ese día». Sobre la Nochebuena señaló que «transcurrió sin incidentes. El centro estaba lleno aunque en Príncipe de Asturias y en Jiménez de la Espada no hubo gente. Los restaurantes registraron una ocupación de entre el 60 y el 70%, excepto dos que estaban llenos. Podía haber sido del cien por cien, pero también influyó que mucha gente no se había enterado de que había menús asequibles y de mucha calidad».

Atranque con las terrazas

En cuanto a las terrazas, Naranjo indicó que «ya se ha solicitado una reunión urgente porque hay muchas personas que tienen la licencia pedida y toda la documentación, que en el 80% de los casos hemos tramitado desde Hostecar y que sabemos que está bien, pero existe un atranque burocrático.

En cuanto al balance de este año advirtió de que «la situación no ha mejorado nada y eso que yo tenía esperanzas. Nos suben el agua, la luz, el IBI, y si vendemos un poquitín más es para pagarle a la Administración, pero el hostelero no gana nada. Es un problema grave y por eso están cerrando muchos negocios y no sólo de hostelería, si no también del pequeño comercio». Naranjo sí admitió que «hay zonas del municipio como La Manga, en donde se han abierto muchos establecimientos y ha habido más ocupación. Esperemos que con la campaña promocional que prepara la Administración regional la situación mejore». Añadió que en otros municipios de la comarca también se ha notado mejoría como en Los Alcázares y en San Pedro del Pinatar, sobre todo, en la zona de costa.

Sin embargo, señaló que la situación de los hosteleros «ha sido muy similar a la de 2014, aunque yo esperaba más».