Liliana González, militar española de origen colombiano, apenas ha pasado dos horas con su hijo en los últimos cinco meses desde que el padre de éste, de nacionalidad italiana, lo retuviera «ilegalmente» en el país transalpino, según denuncia la propia afectada.

El niño, de nombre Davide, sólo tiene tres años y su progenitor llamado Antonio -también militar- se lo llevó con el consentimiento de la madre para pasar la época estival y bajo la condición de traerlo de regreso a España para cuando las clases escolares estuvieran a punto de comenzar.

Fue a partir de entonces cuando la madre explica que su expareja le respondía con continuas evasivas ante el requerimiento que le hacía para que le devolviera a su pequeño, ya que el progenitor no había seguido el acuerdo alcanzado entre ambos al llevarse al niño para las vacaciones de verano.

Desde entonces Liliana ha peleado por el regreso de su hijo en los tribunales. Fruto de ello ha conseguido una resolución judicial española que le da la razón pero que, hasta el momento no ha sido tomada en cuenta por la justicia italiana. Liliana acudió junto a su abogada a principios de noviembre a los juzgados de la ciudad genovesa de La Spezia, pero la juez italiana rechazó el regreso del niño retenido por su padre.

Aunque nació en Cartagena, Davide no tiene nacionalidad española, su pasaporte es sólo italiano. «Mi expareja en su momento no sé por qué no quiso que le pusiéramos la nacionalidad española, ni la colombiana, pese a que yo insistí cuando Davide iba cumpliendo años», lamenta la madre del chico.

Aquella visita a La Spezia le sirvió a Liliana para ver a su hijo al menos durante un par de horas. «Su padre no nos dejó ni que cenáramos juntos», subraya esta mujer que acaba de ser madre de un bebé con otra pareja.

El pasado 24 de noviembre, el juzgado de La Spezia volvió a citar a las partes, aunque la vista fue sólo para anunciarles que será un tribunal de Génova el encargado de dilucidar la situación. En esta ocasión, la madre también pudo ver al pequeño, aunque como en la vez anterior, apenas compartió unas horas con su hijo Davide.

Ahora, Liliana se encuentra sin más información, ya que debe ser el nuevo juzgado el que cite a las partes para un nuevo careo, mientras la angustia de no poder ver a su hijo continúa, según ella misma señala.

Mientras tanto, esta Redacción consiguió hablar con el padre del chico por teléfono, pero éste prefirió no hacer ninguna declaración al respecto por temor a que se pudiera volver en su contra, alegando que «el juicio estaba muy cerca».