La historia de una ciudad está llena de multitud de hechos y situaciones, algunos de gran relevancia con personajes por todos conocidos, y otros en los que personas anónimas se convierten en protagonistas improvisados de la noticia. El suceso que hoy rescato del olvido ocurrió en Cartagena hace cuarenta años, concretamente el 12 de junio de 1975, víspera de la festividad de San Antonio.

Ese día un señor llamado Antonio Romera García, natural de Valladolid, decidió salir a dar un paseo en coche con sus cinco sobrinos, todos menores de edad. Cuando se encontraba por las cercanías del faro de la Curra, bien fuera por la oscuridad al ser las diez y media de la noche o por la falta de visibilidad, el caso es que el vehículo con sus ocupantes se precipitó al mar.

La fortuna quiso que un yate llamado Simancas se encontrara en las cercanías del lugar donde cayó el coche, y su dotación fue la primera en colaborar en el rescate.

Desde la embarcación lanzaron unos cabos salvavidas y en ese momento el guardia civil de servicio Antonio Pérez García, tuvo el coraje de arrojarse al agua para intentar salvarlos. Pero no estuvo sólo, pues tres pescadores de caña se prestaron a auxiliar a las víctimas al ver cómo éstas se aferraban al guardia civil, haciendo peligrar la vida del miembro de la Benemérita.

Finalmente con la ayuda del subcabo de guardamuelles Alfredo Calderón y el cabo primero de la guardia civil José López pusieron a salvo a las seis personas. Precisamente el vehículo de éste último fue el utilizado para transportar al señor Romera y sus sobrinos a la casa de la calle de la Serreta donde habitaban temporalmente los afectados. La discreción del primero de los héroes hizo que la prensa de la época tan sólo pudiera averiguar que era original de Javalí Nuevo, y que su padre también era miembro de la Guardia Civil.

Pese a la importancia del salvamento y su repercusión en medios nacionales, como el diario ABC, habría que esperar más de medio año para que los protagonistas recibieran su más que merecido homenaje. El 23 de febrero de 1976 a las doce y media de la mañana en la Comandancia Militar de Marina de Cartagena, con presencia de las principales autoridades civiles y militares, se celebró un acto lleno de emoción.

El comandante capitán de navío José Luis Martínez Pellicer fue el encargado de entregar las distinciones que variaron debido a la diferente condición de los distinguidos. Así, el guardia civil Antonio Pérez García recibió la Medalla de Salvamento de Náufragos y a Manuel Cano Peñalver, Minervino García París, Juan Paredes Navarrete y Manuel Jorquera Orduña le correspondieron sendos diplomas.

Se dio la curiosa circunstancia de que uno de los salvadores, Manuel Cano Peñalver, civil en el momento de los hechos, era marinero en servicio tal y como se puede ver en la fotografía de cuatro de los protagonistas de la historia, los héroes de la Curra.