Los responsables de la discoteca El Zeta de la playa de El Vivero de La Manga han derribado prácticamente la totalidad de la veraniega sala de fiestas, a excepción de la casa situada junto a la orilla del mar, la cual dio origen al establecimiento.

Precisamente, esta pequeña vivienda convertida en discoteca ha sido uno de los determinantes de la muerte de El Zeta. La Demarcación de Costas declaró ilegal este enclave por invadir parte del dominio marítimo terrestre. La discoteca estuvo cerrada el pasado verano ya que, al contar con la negativa de Costas, el Ayuntamiento no les permitía abrir las puertas del local.

Para cumplir con la ley los empresarios se veían obligados a derruir unos seis metros de casa. La noticia les llegó los primeros días de julio. Al no tener margen de maniobra suficiente, éstos optaron por abandonar el negocio. No obstante, apuntan que todo ha sido un cúmulo de circunstancias y al final han acabado por recoger y desmontar todos los techados, maderas y lámparas que tenían instalados en este emblemático local en el que estaban de alquiler. Otro inversor planea abrir un restaurante con música en lo que queda de El Zeta.

Los propietarios de la discoteca ya están buscando una nueva ubicación de cara al próximo verano de 2016. Por el momento están entre dos aguas y aún no saben si el nuevo Zeta seguirá a orillas del Mar Menor o junto al Mediterráneo. Confirman que ya han visto varios sitios para su futuro emplazamiento.