Antonio Duréndez, decano de la facultad de Ciencias de la Empresa de la Universidad Politécnica de Cartagena, explica que «los trabajadores de la planta Ecocarburantes Españoles, que Abengoa tiene en Cartagena, son los más alejados del peligro de la caída de la firma del IBEX 35».

El experto sostiene que los principales perjudicados son los acreedores y, añade, que «en el peor de los casos, los bancos y los acreedores se quedarían con la compañía y lo único que podría pasar es que se haga una reestructuración de las líneas de negocio de la empresa».

«La solicitud voluntaria de preconcurso de acreedores de Abengoa es la salida idónea ante la falta de solvencia económica que sufría la multinacional», afirma el decano de la UPCT. Abengoa acababa de romper las negociaciones con Gonvarri Corporación Financiera, una filial del grupo Gestamp que iba a inyectar capital financiero a la compañía.

Por eso Duréndez apunta que «esta estrategia le sirve a Abengoa para ganar tiempo y seguir teniendo las riendas de la gestión de la empresa sin que intervenga un administrador concursal externo».

El académico incide en que «Abengoa no puede perder el tiempo porque cada día que no cotiza en bolsa está perdiendo dineros». Duréndez vaticina que la «quiebra de la marca es prácticamente imposible por ser una empresa del IBEX 35 y por la relevancia social que atesora». Al hilo de esta cuestión el decano concluye que «ahora les toca renegociar la deuda porque los principales interesados en que Abengoa siga viva son sus propios acreedores».